A dos minutos a pie de la playa de La Concha (uno de los mejores arenales del mundo, según TripAdvisor) y a escasos metros de la cotizadísima Avenida de la Libertad, se encuentra uno de los apartamentos más bonitos de San Sebastián. Este piso ubicado en la céntrica calle San Martín de la capital donostiarra lleva el sello del interiorista Iñigo Iriarte, quien ha concebido una vivienda contemporánea con detalles muy eclécticos. Para ello ha tirado tabiques y detalles innecesarios y ha concebido un espacio donde la luz pueda estar a sus anchas.
Los dueños de la casa, un matrimonio que adquirió el inmueble como segunda vivienda, querían dotar a la casa de mayor claridad, pero la distribución previa a la reforma lo impedía. “Era una casa muy oscura y con muchos recovecos, pero el dueño me pidió que la reformara buscando la luz. Y creo que al final hemos conseguido que la vivienda tenga un solo protagonista: la luz natural", afirma Iriarte.
Un reto que se convirtió en el punto fuerte de la casa
La vivienda, de unos 70 metros cuadrados, cuenta con un pequeño hall, salón, cocina, aseo, comedor y un dormitorio en suite con baño incorporado. Según afirman desde el estudio de interiorismo, el principal reto de este proyecto fue ubicar ubicar un nuevo aseo en la zona común, convirtiéndose este en el núcleo central de la vivienda. “Lo que a priori podría parecer un problema, lo hemos convertido en el mayor atractivo de la vivienda: un cubo de espejo que amplía la cocina, el salón y el hall a través de su brillante superficie”, explican.
Sin duda, una solución arriesgada pero que ha sido ejecutada de manera acertada. Este juego de espacios se produce con la puerta de acceso al cubo: estando abierta, se accede a un aseo de diseño; pero cuando la puerta se cierra, la instalación funciona como un gran espejo con tintes bronce donde la luz natural reverbera y provoca la ilusión de una mayor amplitud.
Materiales nobles y obras de arte únicas
En relación con los materiales, Iriarte siempre trabaja con materiales nobles, como la madera, la piedra y metales como el latón natural. Y la selección de mobiliario se basa en piezas diseñadas por el propio estudio (mesa auxiliar entrada, mesa comedor, cabecero, mesitas de noche, etc.) y continúa apoyándose en diferentes colaboraciones tanto internacionales como nacionales, como Bamax, Desiree, Sovet, BD Barcelona Design.
Como sello del estudio, los toques eclécticos se suceden por toda la casa, desde la inspiración clásica con la pieza de anticuario sobre el pedestal en la zona de comedor, hasta las obras de arte de Cecilio Espejo, Egika o Unai Gabilondo. En resumen, un mosaico de referencias que empasta sin esfuerzo y que provoca unas ganas irrefrenables de quedarse a vivir. ¿Convenceremos a los dueños para que nos confíen la casa cuando estén fuera de Donostia?
