Casas AD

La casa de la coleccionista Jimena Blázquez en Menorca es una galería con vida propia

La coleccionista Jimena Blázquez ha reunido en su nueva vivienda familiar de Mahón su pasión por sus viajes a México, la artesanía y el arte contemporáneo en una casa del siglo XIX, decorada al detalle con la ayuda de Jean Porsche.
© Ricardo Labougle

Una oda a su México querido

Todos los rincones de la casa hablan de Jimena, de sus viajes, de sus pasiones y sus obsesiones. Desde el salón mexicano de la entrada, repleto de artesanía y arte de Michoacán (“incorporamos un banco de obra de formas orgánicas para darle movimiento al espacio y aprovecharlo mejor”, explica Porsche), hasta la cocina, donde recuperaron los muebles originales y la pintaron de rojo. “Me recuerda a cuando era pequeña, a la cocina que tenía mi madre en nuestra casa de Cádiz, es un homenaje a ella”, nos cuenta Jimena mientras prepara algo para comer junto a su hija Olimpia, la mayor de sus tres hijos, que a sus quince años ya es toda una promesa del violín. Los azulejos y muebles de la cocina, ilustrados por la artista Johina García-Concheso, descubren imágenes de frutas y verduras o mensajes de recetas; y en las puertas, los tiradores en forma de chiles delatan la obsesión de Jimena por el picante y la comida mexicana. “La primera vez que llegué a México me enamoré del país, de la diversidad entre lo ancestral y lo contemporáneo. Me gusta el movimiento que está habiendo de artistas, de músicos y coreógrafos, ¡me encanta el tequila y el mezcal y soy una loca del picante!”, relata entre risas.

Desde la cocina, se llega al jardín, un espacio inspirado en los riads de Marrakech que se fue ampliando con el tiempo, y poco a poco adquirieron el terreno del vecino para construir la piscina sobre el suelo de cerámica mudéjar hecha a mano. Un mural inspirado en la obra de Rembrandt El rapto de Europa, pintado por el artista gallego Román Padín, le añade el broche final al proyecto y pone de manifiesto lo bien que convive el arte en las casas de Jimena.