Este apartamento barcelonés recupera la esencia modernista de sus orígenes

Como si fuera un trabajo de arqueología, el estudio E32 ha devuelto a esta vivienda el halo poético de principios del siglo XX. El suelo de mosaico original y restaurado es, sin duda, la joya de la corona.
Este apartamento barcelons recupera la esencia modernista de sus orígenes
© Álvaro Valdecantos

El barrio del Eixample barcelonés es uno de esos sitios privilegiados donde cualquiera con un poco de sensibilidad artística se nutre por los ojos tan solo caminando por sus calles. Allí se ubicaban las residencias burguesas en pleno florecimiento del modernismo, dejándonos ejemplos tan bellos como la Casa Batlló, la Pedrera o la Casa Amatller. En la calle Provença, en un edificio de la época proyectado por el arquitecto Arnau Calvet i Peyronill entre 1907 y 1909 es donde se encuentra este piso reformado por el estudio E32.

Según explican desde el estudio, el objetivo de sus clientes era claro: querían recuperar la esencia histórica y cultural de la vivienda. Modernizarla, también, pero preservando al máximo la originalidad y la belleza del modernismo catalán.

© Álvaro Valdecantos

El suelo, el gran tesoro

Precisamente, en esta recuperación, uno de los elementos más determinantes ha sido el suelo, que permanecía casi en su totalidad con el mosaico original de pequeñas piezas de gres. Un auténtico hallazgo. El mosaico “Nolla” fue uno de los primeros pavimentos cerámicos de altas prestaciones que se introdujo en España a mediados del siglo XIX y su restauración ha sido casi un trabajo de arqueología.

“En un metro cuadrado puede haber hasta 400 piezas. Esto hace que sea un material que requiera de gran artesanía para su manipulación y coloración, ya que se debe retirar en algunos casos, limpiar y volver a situar en su estado original”, explican desde el estudio.

© Álvaro Valdecantos

Espacios que fluyen

El apartamento, de casi 170 metros cuadrados, también conservaba de la época la distribución un tanto laberíntica y compartimentada. Se ha mantenido el gran recibidor de entrada que divide la vivienda en dos zonas -la parte interior para las estancias comunes y la exterior para la zona más privada-, pero se han abierto los espacios para crear estancias continuas y más fluidas.

© Álvaro Valdecantos

La zona de día es una auténtica oda al modernismo catalán. Allí, el estudio E32 ha ubicado la gran sala de estar, de imponentes molduras de escayola, y en su extremo este, una biblioteca de madera que va a lo largo de toda la pared. Según explican los arquitectos, la biblioteca fue una forma de “incluir al cliente en el diseño del proyecto” y reconocer su relación con el arte y la cultura. Desde allí, se puede disfrutar además de las vistas y de la preciosa luz mediterránea del gran patio interior de manzana. La cocina y el comedor se encuentran al lado de la sala de estar, uno frente al otro.

En la zona de noche se ha mantenido la distribución original, con dos habitaciones y la habitación principal con baño en suite y un balcón con vistas a la calle. Desde E32 explican: “para nosotros, hacer arquitectura es crear para las personas, construir lugares que se conviertan en puestos de avanzada contra la decadencia, lugares para estar juntos, lugares de cultura y arte”. Un buen resumen de lo conseguido en este proyecto. 

© Álvaro Valdecantos