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Acupuntura: pinchazo y cura

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Médicos y profesionales desgranan la técnica y las aplicaciones de la acupuntura y defienden los beneficios de una postura integrativa con la medicina occidental

No es locura, es meditación

Agujas, palabra temida por muchos y adoradas por otros. Sí, adorada, han leído bien. Donde muchos ven el mayor temor de sus vidas, los hay que vislumbran la solución a problemas para los que nunca han encontrado respuesta. ¿Cómo? A través de la acupuntura, "una técnica terapéutica basada en el estímulo de determinadas zonas del cuerpo para promover la circulación de la energía de éste, llamada Chi". Así lo explica José Padilla, Doctor en medicina y Magister Acupuntor. "La acupuntura considera que la enfermedad se debe a un desequilibrio entre el yin y el yang y a los bloqueos energéticos que esto pueda producir", añade Yolanda Ferreras, acupuntura de la clínica Taycus. "El objetivo principal es identificar y tratar síndromes, entendidos como el conjunto de signos, síntomas y sus causas", aclara. "No tiende a atacar síntomas aislados".

Aunque a muchos les pueda sonar a cuento chino, lo cierto es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva varios años abogando por esta técnica milenaria: "Existen pruebas empíricas y científicas que avalan los beneficios de la acupuntura en diversas afecciones", sentencian en Nuevas directrices de la OMS para fomentar el uso adecuado de las medicinas tradicionales, 2004.

Grosso modo, la acupuntura se basa en estimular los conocidos puntos de la acupuntura con una aguja, calor (moxibustión) o masajes, "para eliminar el bloqueo que está causando molestias y lograr un equilibrio energético", comentan desde el Centro de Terapias Alternativas Alma de Luna.

Las ventajas que ofrece son varias. "Aporta un efecto rápido en algunas ocasiones, la gran reducción del dolor y la no existencia de efectos secundarios", enumera el Dr. Carlos Lloplis, de la Clínica Guang An Men. "En casos que cursan dolor suele ser bastante útil", continúa.

Sin embargo, sus aplicaciones no sólo se reducen al dolor. "Puede corregir o mejorar procesos alérgicos, dolores de cabeza, infertilidad femenina, Parkinson, epilepsia, asma, alteraciones circulatorias, cólicos biliares y renales, depresión, gastritis, parálisis facial, neuralgia del trigémino, hipertensión arterial, inducción al parto, lumbalgia, ciática y cualquier dolor articular, dolores posoperatorios, artritis y un largo etcétera", explica Carlos Lasvi, de CML Lasvi, Escuela Superior de Acupuntura.

Enfermedades crónicas

"Aunque es más conocida para el tratamiento del dolor, es infinitamente más eficaz para el tratamiento de cualquier enfermedad crónica", matiza Lasvi. La OMS ratifica sus palabras: "Destaca como un medio para afrontar el incesante aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles" (Estrategia de la OMS sobre medicina tradicional 2014-2023). Además, el documento esgrime otra ventaja: "La asequibilidad la hace más atractiva ante el vertiginoso encarecimiento de la atención de la salud".

Por estos motivos, de los 129 países miembros de la OMS, el 80% de ellos reconoce la acupuntura. Si bien, en distintas medidas. En naciones como China, Corea, Japón, Canadá y Estados Unidos está regulada. Mientras, los sistemas de seguridad social de Francia y Alemania la incluyen dentro de las prestaciones públicas, pero no está reglada.

En España queda mucho camino por recorrer. Aún pesan los temores y el escepticismo y, además, está la sombra del efecto placebo: "Este no sólo está presente en la acupuntura, también en los tratamientos farmacéuticos. Si una persona está convencida de que algo dará resultado, ya tiene parte del camino realizado", comenta Llopis. Lasvi arroja un dato interesante al respecto: "Si se basara en el efecto placebo no curaría a niños ni animales, que son precisamente los que mejor reaccionan al tratamiento".

Ferreras, en cambio, cree que, aunque no estemos al nivel de otros países europeos, sí que hay un punto de "crecimiento", e incluso da el dato de dos hospitales que ya trabajan con acupuntura: el Sant Joan de Deu, en Barcelona, y el Hospital Universitario HM de Madrid.

Padilla, por su parte, remite a la experiencia como el mejor aval: "Aquí vienen los pacientes porque conocen a alguien al que le han practicado acupuntura y le ha ido bien", comenta. "Suelen ser personas que ya han pasado por todos los circuitos de hospitales y no han encontrado solución".

Esto no quiere decir que la acupuntura y la medicina occidental compitan. Aunque "no tienen nada que ver", como puntualiza Lasvi, los expertos abogan por una postura integrativa. "Yo tengo pacientes de quimioterapia que tratan sus efectos secundarios con acupuntura", ejemplifica Padilla. "Intento recoger todos los conocimientos para integrarlos. Es un error basarse en protocolos rígidos, porque al final no hay enfermedades, sino enfermos", concluye.