Algunas familias empezábamos a sentirnos extrañas cada verano viendo lo que las influencers con hijos dejaban ver en las redes sociales. ¿Por qué no conseguimos nunca esa foto maravillosa todos juntos? ¿Por qué nuestras visitas a la playa a veces terminan en drama? ¿Cómo es posible que ella haya conseguido ponerles el gorrito a todos y a mí me haya costado un berrinche infantil? Las escenas familiares idílicas son las únicas que vemos en Instagram y en TikTok. Habíamos visto a los hijos de Kate Middleton tener rabietas públicas pero no a ninguno de los 8 de Verdeliss, ¿es que están estas madres influyentes poseídas por María Montessori?
Han tenido que llegar Chiara Ferragni y Fedez, de vacaciones en Ibiza con sus retoños, Leo y Vittoria, para desmentir ese estado de dicha constante que abunda en las redes y darnos una buena dosis de realidad. Sí, sus niños se portan como los del resto del mundo no influencer.
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“Vacaciones con niños, será realmente divertido, nos dijeron”, escriben Chiara y Fedez al lado de un Reel que ambos comparten en su feed. Las primeras escenas son de la pareja brindando para continuar con un montaje que arroja una serie de vídeos de Leone y Vittoria comportándose como cualquier crío de sus edades. A saber: llantos, rabietas, enfados, objetos arrojados al suelo, aburrimiento… Vaya, lo normal.
Leo tiene 4 años y Vitto poco más de 1; la menor se acerca peligrosamente a los conocidos como los terrible two, cuando los niños empiezan a ser conscientes de lo que sucede a su alrededor y quieren imponer su voluntad. Por su parte, el mayor probablemente aún está en los últimos coletazos de esa etapa o en de los terrible three o está ya inmerso en los ferocious four. Nadie dijo que la infancia fuera fácil y hay momentos en cada estadio que se alejan mucho de las fotos familiares con niños calmados y sonrientes. Todo esto se agudiza en las vacaciones, con mucho tiempo libre y con las familias reunidas las 24 horas del día.
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Sí, y los hijos de las instagrammers también pasan por todas esas fases pero prefieren no enseñarlas. Pero a esas madres que estamos en la playa intentando aplicar protector solar a un niño que huye enfadadísimo nos frustra tanto como los filtros de belleza indiscriminados. Ofrecen una realidad que no existe o que, al menos, no es así todo el rato. Y nos hace sentirnos peores educadoras, personas, ejemplos y todo lo que implique la maternidad.
Podemos entender que, cuando tu profesión está tan vinculada a las redes sociales, estás en tu derecho pleno de manejar tu imagen y ofrecer lo que te interese de ti. Y niños llorando porque se han peleado entre sí no es lo más apetecible… para ellos. Porque, aunque sea una sola vez, no está de más mostrar la realidad que es común en todas las madres y padres.
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Los Ferragnez no han publicado este vídeo de la nada; se lo han copiado a otra familia de tiktokers que han compartido la cara B de sus vacaciones de verano con hijos. Y, lo mismo: cervecita en la tumbona pero, también, llantos y despertares a las 5 am y no del mejor humor.
Así que, por si alguien lo dudaba, que se quede tranquila: los niños influyentes también lloran.
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