Entrevista

Quién es Gabriel Guevara, la estrella adolescente que no verás en Élite pero sí en todas las plataformas de streaming del mundo

Con solo 21 años, el joven actor ha encadenado proyectos sin descanso para Netflix (Tú no eres especial), HBO (Cómo mandarlo todo a la mierda) o Prime Video (Culpa Mía), entre otras. Os presentamos al rostro más buscado de la ficción española.
Quin es Gabriel Guevara la estrella adolescente que no vers en Élite pero sí en todas las plataformas de streaming del mundo
Cortesía de Ron Barceló

Te vas a encontrar con Gabriel Guevara vayas donde vayas. Poco importa en qué plataforma de streaming hayas decidido entrar de entre todas las disponibles, te toparás con su rostro en todas y cada una de ellas. El actor es uno de los jóvenes más demandados por la ficción patria para encarnar a sus personajes. “Ahora mismo estoy en la edad de hacer del chaval guaperas de instituto, y estoy encantado, porque te da la oportunidad de investigar mucho dentro de ese perfil: puedes estar zumbado, ser buenísimo, el que se cree el crack de la clase o el típico capullo”, comenta a GQ. “Cada personaje que me dan es una nueva oportunidad que tengo”.

Atrás quedaron aquellas series juveniles en las que treintañeros daban vida a adolescentes. La edad manda, y los 21 años de Guevara encajan a la perfección en ese universo abarrotado de productos que reflejan las realidades de las nuevas generaciones. Su corta edad puede llevar a equívocos, pero este intérprete, que encontró su vocación entre las bambalinas y el escenario del Teatro Real de Madrid, ha encadenado proyectos sin descanso en su corta (pero ya extensa carrera): Skam para Movistar+ supuso su debut en 2018, después llegó HIT para Televisión Española en 2019 y, ya tras la pandemia, ha estrenado en este 2022 –de manera prácticamente simultánea– dos nuevas series: Cómo mandarlo todo a la mierda para HBO y Tú no eres especial para Netflix. Lejos de tomarse un descanso, ahora se prepara para el estreno de Bosé, la serie que repasará la vida del cantante español y en la que Guevara dará vida al bailarín Nacho Duato, y su primera película, Culpa Mía, adaptación cinematográfica para Prime Video de la primera entrega de la trilogía Culpables, el best seller adolescente de la escritora Mercedes Ron.

Repasar la carrera de este hijo de artistas puede resultar sofocante, pero no parece faltarle ni el aliento ni la cordura cuando nos encontramos con él en El verano del sí, el festival organizado por Ron Barceló y lo que ha supuesto el único descanso del actor en mucho tiempo: “Por lo general no soy de salir de fiesta, pero este verano no he tenido casi tiempo para irme de vacaciones porque he enganchando varios proyectos”, explica. " Además, la semana que tuve libre la dediqué a rodar una película con un amigo, un proyecto nuestro muy pequeño que me apetecía mucho, y no he parado. Así que me propusieron este plan de festival y me pareció la mejor manera de iniciar y, a la vez, cerrar el verano" (risas).

Aprovechamos este momento de sosiego de Gabriel Guevara para hablar con él sobre las series adolescentes, la representación de los jóvenes en la ficción, su futuro y cómo empezó su carrera como si todo fuera una clase extraescolar.

Cortesía de Ron Barceló
Iniciaste el verano estrenando Cómo mandarlo todo a la mierda en HBO y lo cierras con Tú no eres especial en Netflix. ¿Qué supone para ti estar presente en dos de las principales plataformas de streaming de manera simultánea?

Desde que empecé he ido encadenando proyectos, pero es la primera vez que tengo dos historias disponibles al mismo tiempo, y es una pasada. Después de HIT llegó la pandemia y estuve seis meses en casa sin currar. Después, todo se reactivó y, desde entonces, he vuelto a trabajar de seguido, y estoy muy agradecido.

Ahora hay una gran cantera de nuevos actores jóvenes, pero tu caso es particular porque vienes de una familia de artistas y lo has vivido desde pequeño. ¿Los consejos de tus padres te ayudaron a mentalizarte para entrar en esta industria?

Sí que es cierto que mi madre –la reconocida vedette Marlène Mourreau– siempre me pide que sea muy cuidadoso a la hora de elegir mi carrera y me aconseja muchísimo, porque ella ya sabe de qué va esto y entiende cómo funciona el mundillo. Ser artista es muy difícil, hay mucha competencia, muchas veces está mal pagado… Tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, pero a mí es lo que más me apasiona. Llevo trabajando desde muy pequeño y lo voy a hacer siempre, voy a ir a por lo mío sin prisa pero sin pausa.

En cuanto a todos los consejos que me dieron mis padres, por supuesto que me ayudaron a hacerme una idea de cómo iba todo, pero hasta que no lo experimentas y estás metido en el barro, no sabes realmente cómo es, e impresiona.

¿Tienes algún primer recuerdo en el que tuvieras claro que querías ser actor?

Lo he sabido prácticamente desde siempre. Desde muy pequeño, con siete u ocho años, empecé a trabajar en el Teatro Real de Madrid, en figuración, y me encantaba. En aquel momento, yo no lo veía como un “trabajo”, sino como una actividad extraescolar. Iba allí, me lo pasaba bien, ¡y además me pagaban por hacerlo! (Risas) 

De pequeño siempre he sido un poco tímido y un personaje, y con el tiempo me he ido abriendo poco a poco. Por eso, para mí ir al teatro era el mejor momento del mundo, porque estaba con mis compañeros de risas, disfrutaba muchísimo y, cuando salía al escenario, me sentía como grande.

¿Cómo empezaste a hacer esta extraescolar tan particular?

Por mi padre –el bailarín y coreógrafo Michel Guevara– . Yo siempre he sacado malísimas notas, y un día se puso muy serio y me dijo “Gabriel, tienes que estudiar, si no, te voy a poner a trabajar”. Me quedé rayadísimo. Recuerdo que una vez, volvió del trabajo y comentó que estaban buscando niños para la ópera del Teatro Real. Me empezó a contar todo, cómo era la experiencia como actor y me llevó a un casting. ¡Yo no sabía ni lo que era! Fui, me encantó y hasta hoy. ¡En eso sí que sacaba muy buenas notas! (Risas)

Tu primer trabajo real fue Skam, para Movistar+. ¿Cómo llegas a ese proyecto y cómo recuerdas ese inicio de tu carrera?

A Skam llegué también a través de castings y fue un boom absoluto. Yo tenía un personaje muy pequeño, pero me lo tomaba muy en serio todo, de principio a fin. En el teatro, todo era muy profesional, muy centrado, muy riguroso… Y aunque aquí trataban de que fuera así, y se consiguió muchas veces, éramos un grupo grande de chavales jóvenes muy alterados. Después de los rodajes quedábamos, nos íbamos de fiesta juntos, éramos como una familia, literalmente. A nivel profesional, lo que me permitió esta serie fue abrirme paso para poder moverme e iniciar mi carrera actoral, mi propio camino.

Los proyectos que has ido encadenando tienen en común que están centrados en perfiles adolescentes o juveniles. ¿Cómo crees que es de importante que se cuenten historias adolescentes a través de gente joven? 

Por un lado, lo veo muy necesario. Por otro, creo que hay demasiado producto adolescente para mi gusto. Es genial que haya tantas series juveniles, tener esa representación es algo muy bueno, que se vean los problemas que tenemos, los dramas adolescentes y todas las cosas que nos pueden suceder en el día a día. Además, esto supone más oportunidades de trabajo para todo el mundo, porque somos un montón de chavales que queremos ser actores, que nos estamos formando y estamos a full luchando por un sueño. Sin embargo, creo que se está saturando el mercado. 

Cortesía de Ron Barceló
¿Hasta qué punto estas series adolescentes reflejan la realidad social frente a una versión más idealizada y ficcionada de la juventud?

El sexo sigue vendiendo mucho, el público en todo el planeta se mueve muchísimo más por ello que por cualquier otra cosa. Metiéndolo en las series, se inculca más a la gente desde muy pequeños.

Está muy bien que se traten todos los temas, se tiene que hablar de todo, pero llega un punto en el que es demasiado. Hay series juveniles que están muy bien porque tienen una trama muy chula, los personajes molan, etc., pero las he dejado de ver porque llegan a exagerar todo tanto que desconecto.

Me parece maravilloso que haya series de chavales en las que salen todos guapísimos y desfasados, pero luego la gente lo va a ver y va a decir “yo no soy así”. Y no solo eso, sino que va a pensar que va mal en la vida porque aspira a esa ficción imposible, y eso no mola.  

En tu caso, tu carrera ha sido muy temprana y rápida, ¿has tenido tiempo para seguir formándote?

Yo desde muy pequeño he tenido la oportunidad y la suerte de poder formarme gracias a mis padres, que me han ayudado y, sobre todo, han estado ahí conmigo para que pudiera hacerlo. He estudiado en varias escuelas, cursos, talleres y en cada proyecto trabajo con un coach de interpretación. Un actor nunca termina de aprender, incluso cada rodaje es un aprendizaje. Para mí es esencial.

Estoy muy a favor de que los chavales prueben cosas, de que investiguen qué les gusta, indaguen en su camino y que, cuando lo encuentren, se lo curren y le den caña. Hoy en día hay un montón de jóvenes que no son actores y que no les interesa estudiar nada, que quieren llegar ahí, ser famosos y ya está. También hay gente sin formación que pilla su primer curro, se mete en un proyecto y le pone mucho empeño. Eso es lo guay. Por eso, está muy bien que metan a jóvenes en series y toda la pesca, pero por lo menos que metan a chavales que se han formado en ello o tienen el compromiso de hacerlo. Pero cuando llegas y ves que hay quien solo busca salir en pelotas para ser famoso…

Próximamente te veremos como Nick en la película Culpa mía, la adaptación de la trilogía literaria de Mercedes Ron para Prime Video. ¿Qué nos puedes avanzar de tu primera cinta como actor?

Es increíble, porque es mi primer protagonista y en una peli. Eso sí, cuando me dijeron que tenía que interpretar a un tipo que conduce coches, se mete en peleas y se lía con su hermanastra, me voló la cabeza. (Risas)

Hasta entonces no conocía los libros, pero ahora he descubierto que es un personaje muy chulo. Además, vuelvo a trabajar con Nicole Wallace, que es maravillosa. Coincidimos en Skam, que fue nuestro primer proyecto, y ahora volvemos a encontrarnos en nuestra primera peli.

Además, tienes pendiente el estreno de Bosé, el biopic del cantante español en el que das vida a Nacho Duato. ¿Cómo ha sido meterse en la piel de un personaje tan conocido?

Ha sido muy complicado interpretar a Nacho Duato, porque es un pedazo de artista, es una leyenda del neoclásico y de la danza en España. Mi padre es bailarín y coreógrafo, así que para mí conseguir este papel fue como algo muy familiar, tenía más o menos asimilado quién era. 

El proceso ha sido duro y un verdadero reto. He tenido que formarme en danza clásica, porque aunque he bailado desde muy pequeño y me defiendo, no tenía formación como tal. Pasé varias semanas ensayando a diario con José Pastor y con un ballet increíble. Además, durante el rodaje tuve una coach maravillosa que me ayudó en las escenas más duras a mantener ese porte que tiene Duato casi imposible de reproducir, y en el resultado final no me he visto tan mal… (Risas).

Por un lado, me siento más tranquilo. Por otro, me da mucho respeto que Nacho Duato me vea. He intentado hablar con él por Instagram, pero supongo que no lo habrá visto. Para mí es un honor hacer de él y he intentado hacerlo lo mejor que he podido. Ahora solo espero que no se asuste.