Hay un piso en Sevilla que hará que quieras pintar todas tus paredes de colores
Si Eduardo Tazón y Antonio Mora, fundadores del reciente Studio Noju, tuvieran que contar todos los mensajes de Whatsapp que intercambiaron durante la reforma de Casa Triana, la batería de sus teléfonos móviles se quedaría a cero antes de llegar a la mitad. Y es que cuando les llegó la oportunidad del que sería su primer proyecto en España, ambos estaban viviendo y trabajando en Estados Unidos. “Nos fuimos a estudiar un máster a Columbia (en Nueva York) y de ahí comenzamos a trabajar en distintas oficinas. Nos quedamos casi cinco años pero con la pandemia quisimos volver”, nos cuentan por videollamada. "¡El verdadero desafío fue llevar a cabo la obra con una diferencia horaria de 6 horas!”, apunta Eduardo.
Casa Triana, o el Anti Loft, como ellos mismos lo han bautizado, no solo ha supuesto su estreno como estudio consolidado, sino que además es un ejemplo de la realidad inmobiliaria de nuestra era: un piso pequeño de 60m2 que ocupa el interior de un edificio tradicional. “Pasa en todas partes”, nos dice Antonio, originario de la capital andaluza, “pero en Sevilla se nota todavía más. El acceso de los jóvenes a la vivienda es difícil, especialmente desde la llegada de los pisos vacacionales. La idea de este proyecto era poner en valor los apartamentos con metros cuadrados restringidos que son, al final, los asequibles”.
Paredes de colores (y mucho más)
Una vivienda humilde, interior, en un tercer piso y excesivamente compartimentada. El punto de partida no era especialmente prometedor para su clienta, una joven dentista amiga de la pareja que les dio (casi) carta blanca para hacer lo que quisieran –salvo cambiar el suelo–. “Cuando compró el piso”, nos dice Eduardo, “confió en nosotros sin reservas. Otras personas se habrían asustado al ver la paleta de colores tan fuerte que queríamos utilizar, pero no fue el caso”. Verde, azul y albero forman una muestra confeccionada a medida de las tonalidades más comunes del barrio de Triana. “Queríamos que la casa tuviera textura, carácter, por eso encontramos las paredes de colores. Pero te diría que, incluso más allá del color blocking, el uso de la geometría y la división en nichos es lo que más personalidad le otorga”. Un estilo que también se aprecia en el diseño de su despacho de la calle del Pilar de Zaragoza, 98, en Madrid, y que promete ser parte de su seña de identidad.
“Este es nuestro primer proyecto y la primera vez que ambos trabajamos juntos, por lo que ha supuesto el punto de partida de nuestro lenguaje en materia de diseño, que aún está evolucionando y, con suerte, siempre lo hará" asegura Antonio. Y es que el material principal que han utilizado para crear el espacio del comedor, la cocina y el armario, y que se encarga de generar luces y sombras a lo largo del día es, en realidad, un producto de construcción tan típico como humilde: las cumbreras metálicas que se emplean para rematar techos a dos aguas en naves industriales. “A partir de ahí, siguieron otros elementos del apartamento, como la cortina, que utiliza un tejido de pliegues ondulados para simular el mismo juego que las cumbreras cuando se colocan verticalmente”, nos explican. “Al final, todo consiste en demostrar que los espacios pequeños también son relevantes", concluyen.