Orden en casa

Así afecta el desorden de tu casa a tu estado de ánimo

Lo que en teoría debería ser tu refugio, en numerosas ocasiones se puede llegar a convertir en tu peor pesadilla. Y es que el desorden en casa te afecta y dice mucho de tu ‘yo’ más interior.
Así afecta el desorden de tu casa a tu estado de nimo
© Vigo Jansons

El desorden en nuestro día a día es un gran inconveniente que en numerosas ocasiones pasa desapercibido frente a otros problemas que consideramos más “importantes”, pero nada más lejos de la realidad. Una casa desordenada puede ocasionar –sin darnos cuenta– sentimientos que navegan entre el estrés, ansiedad, culpa e irritación, por lo que es de vital importancia conseguir identificar esta situación con la intención de ponerle remedio cuanto antes.

 La sala principal marca la pauta con una meticulosa elección de texturas: roble claro, pintura blanca y hormigón verde encerado en la entreplanta que se prolonga hasta el pasillo. Los colores y los materiales se alternan para secuenciar el espacio y crear un camino que lleva de una habitación a la siguiente. La forma curva de la consola, diseñada a medida, coincide con la de las estanterías y facilita la circulación. El mobiliario, de segunda mano, es de Emmaüs. © BCDF Studio

El desorden, nuestro peor enemigo para nuestra salud mental

“El desorden en casa es un factor muy estresante y sobre todo ahora que pasamos más tiempo en nuestras casas es algo que deberíamos cuidar mucho e intentar mantener todo lo que se localiza a nuestro alrededor lo más organizado posible. Ya tenemos bastantes componentes que nos estresan, para añadir uno más a la lista”, comenta el psicólogo clínico Alejandro Pereira Zambrano. Por su parte, la organizadora Alicia Iglesias –creadora de Orden y Limpieza en Casa– lo tiene claro: “El desorden afecta mucho. Es muy probable que una persona que esté pasando por un mal momento descuide la organización del hogar y eso directamente lleva a que el caos cada vez se haga más cuesta arriba. El orden llama al orden y el desorden llama al desorden”.

Un ejemplo muy claro es que si dejas una chaqueta en una silla, al final terminas dejando un bolso, una carpeta, unos pantalones, un neceser… ¡Pero en cambio si la silla está vacía es mucho más fácil que no se deposite nada en ella! Además los espacios poco ordenados pueden acarrear:

  • Gastos innecesarios al comprar objetos que uno piense que necesite pero que no sabía que ya tenía.
  • Pérdida de tiempo al buscar elementos que no se tengan localizados –sobre todo en el caso de las personas más despistadas– o cuando uno comience a ordenar todo el caos y emplee más tiempo del que le gustaría.
  • Falta de concentración y problemas de descanso óptimo, al estar en espacios que no transmiten equilibrio ni armonía.
  • Discusiones que se convierten en uno de los problemas más recurrentes, en el caso de que se convivan con otras personas que tengan personalidades totalmente dispares. “Creo que puede ser un arma de doble filo con la gente con la que estás conviviendo porque no todo el mundo le da la misma importancia al orden”, añade Alejandro Pereira Zambrano.
© Didier Delmas

La importancia de actuar a diario

Una vez analizadas las causas y consecuencias, toca ponerle remedio. Cuanto antes empecemos a trabajar en ello, antes reduciremos síntomas como el estrés, ansiedad o frustración. Tanto Alejandro Pereira como Alicia Iglesias coinciden en huir de las jornadas maratonianas de limpieza y organización que lo único que hacen es perjudicarnos porque al final se acaba posponiendo la tarea a favor de la procrastinación.

¿La solución? Actuar en el día a día y crear hábitos. “Cuando la bola de nieve ya es muy grande, el pensamiento que te viene a la mente es ‘ya lo haré más tarde’ y la bola de nieve continúa creciendo y creciendo. Por esto es importante actuar a diario y no pegarnos maratones de orden”, comenta Alicia Iglesias. Por su parte Alejandro Pereira invita a: “Poco a poco instalar hábitos en torno al orden que sean sencillos, asociados a determinados momentos de la jornada diaria. Es mejor dedicarle 15 minutos al día a barrer, que no hacer absolutamente nada”.

El propio psicólogo menciona el libro titulado Hábitos Atómicos, escrito por James Clear. Este empresario y emprendedor lanza la pregunta de “¿Cómo podemos vivir mejor?”. Y propone adaptar pequeños hábitos en nuestro día a día para hacerlo todo más simple. Por ejemplo entre los descansos, sugiere instalar pautas que aunque sean cortos periodos de tiempo, se consigue adelantar gran trabajo en el orden y bienestar de un hogar. Otra de las recomendaciones es no dejar que entren adquisiciones nuevas en la casa. "Ya sean cedidas, regaladas o donadas, evitar compras inconscientes y por impulso. Y poco a poco empezar a eliminar objetos que no se deseen tener”, comenta Alicia Iglesias.

Y por supuesto, ser realista y ponerse plazos que se vayan a cumplir: “Una casa con desorden acumulado durante años no se pone a punto en un día o dos, a no ser que sea acompañado de un equipo profesional. Un plazo de 6 meses es un tiempo bastante real. Importante no intentar abarcarlo todo a la vez, ir por habitaciones o espacios. Y por último –y muy relevante–, entre una estancia y otra dejar unos días de descanso”, añade la creadora de Orden y Limpieza en Casa. ¿Empezamos a ponerlo en práctica?

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