Cine

Martin Scorsese gana el Premio Princesa de Asturias de las Artes

PREMIO

Martin Scorsese, en un retrato promocional.

Martin Scorsese, el cineasta de Malas calles, de Toro salvaje, de Taxi driver y de El lobo de Wall Street es el ganador del Premio Princesa de las Artes de 2018, que se ha fallado hoy en Oviedo.

Hay muchas maneras de explicar al carrera de Scorsese. Un criterio podría ser el geográfico: el cineasta, neoyorquino de Queens, italiano de segunda generación, ha dedicado la mayor parte de su carrera a abordar los temas propios de su ciudad: el crimen organizado, la codicia, la locura, la épica y también el romanticismo de de la ciudad más importante del siglo XX. El color del dinero, Uno de los nuestros o New York, New York son expresiones de este idilio.

El tiempo, el momento histórico, es otra idea con la que ordenar la carrera de Scorsese. El cineasta vivió su juventud y parte de su plenitud creativa en los años 70, el momento en el que el sistema de los grandes estudios de Hollywood ya era obviamente decadente y poco competitivo. El cine estadounidense buscó entonces a una nueva generación de cineastas capaces de llevar la idea de autoría, tomada de los nuevos cines europeos, a su terreno. Scorsese, educado en las dos tradiciones, la de Hollywood y la del cine-club, un espectador intuitivo, capaz de entender lo mejor que Hollywood había dado a la cultura humana, tenía el toque justo para hacer películas intelectualmente ambiciosas y relatos, a la vez, atractivos y sencillos. Malas calles, su primer filme de éxito, consistía en eso, en llevar el género criminal a un lugar nuevo, más sensual, sórdido y realista. El rey de la comedia hacía lo mismo con una vieja gloria del cine barato como Jerry Lewis.

También el tiempo importa para enmarcar en otro sentido la carrera de Scorsese. El director de Woodstock es, por una cuestión generacional, un hijo de la contracultura. La música popular ha sido siempre uno de sus temas vitales y una de las señales de distinción en sus películas. Ha filmado a Dylan, a los Rolling Stones, el festival de Woodstock... Ha escrito películas sobre salir de noche como ¡Jo, qué noche! o sobre ser joven y la necesidad de ser parte del grupo como Gangs of New York. Ha tratado sobre el instinto de la transgresión desde el principio hasta el final y sobre la necesidad de redención. Hay algo eternamente juvenil en las películas de Scorsese, y una bonita paradoja al respecto: la primera vocación de su vida fue el sacerdocio católico.

Pero Scorsese ha sido, sobre todo, un autor único, capaz, con los años, de salir de cualquier molde. Ha hecho películas históricas como La edad de la inocencia, películas infantiles como Hugo, biopics épicos como El aviador... Ha hecho incluso superproducciones bíblicas como La última tentación de Cristo. Ha ligado su carrera a actores icónicos como Daniel Day-Lewis, Leonardo Di Caprio o, sobre todo, Robert De Niro. Siempre ha caído de pie y no parece aburrido de sí mismo ni de su oficio. Ahora, su nombre está en el mismo palmarés en le que hace tres años entró su colega Francis Ford Coppola.