Verano azul en una casa que se asoma a la costa de Amalfi
"Lo que más me interesa no es la naturaleza muerta ni el paisaje, sino la figura. La figura me permite, mucho más que otros temas, expresar el sentimiento que tengo sobre la vida". Así pensaba Henri Matisse, pintor francés del siglo XX y máximo exponente de la corriente artística de los fauves, que ahora se ha convertido en el insospechado portavoz de una reforma de uan casa de verano en la costa del Lacio. De hecho, "partiendo precisamente de la idea de volver a sacar a la luz las "siluetas" de las figuras femeninas tan queridas por el artista", Mirta Ottaviani, una joven arquitecta y diseñadora romana, ha querido rendirle homenaje a través de un proyecto de reforma: "una casa de verano que gira en torno al concepto de feminidad y, sobre todo, al color azul", una clara referencia a la serie de desnudos creada a lo largo de los años por el pintor francés.
Así, situada en el espléndido entorno del Lacio e inspirada en el azul del mar de la Costa Amalfitana, esta villa independiente redescubre su historia gracias a una restauración que le devuelve viejos recuerdos. Originalmente era una vivienda "rural", pero hoy ‘Amalfina' es una casa de vacaciones privada de unos 90 metros cuadrados, en la que el azul cobalto hace gala, en armonía con los colores suaves y arenosos de la terracota y el microcemento utilizados para las escaleras interiores. Arcos, nichos y mobiliario de mampostería animan la reforma dirigida por Mirta. Distribuido en dos niveles —la planta baja se ha reconfigurado por completo para que entre más luz natural en el interior—, lo que capta la atención de los más curiosos es el inusual suelo con —obviamente— baldosas azules.
Pero lo más importante no es la búsqueda de materiales "pobres" como la terracota, o el deseo de experimentar a través del color. ‘Amalfina’ es una vivienda estudiada también a través de los detalles del mobiliario, de hecho, como dice la propia diseñadora, "en cada uno de mis proyectos me gusta combinar piezas contemporáneas con mobiliario de segunda mano. Especialmente estos últimos", continúa Mirta, "emanan esa pátina atemporal que tanto me gusta devolver a la vida". Para elevar los espacios y hacer que todo sea aún más personal, ha incluido sillas y accesorios de decoración como lámparas, jarrones y soportes de mimbre; cortinas de colores utilizadas como "puertas" de armarios o como almacenamiento bajo el fregadero; jarrones de terracota y azulejos azul cobalto con sabor mediterráneo.
Artículo adaptado por Alejandra Manzano via AD Italia