Tenemos que hablar de la sombra de ojos en crema, esa maravilla de la cosmética injustamente relegada a un segundo (o tercer) plano en favor de las clásicas paletas en polvo y por detrás del kajal o eyeliner. No sé si es por desconocimiento o por falta de popularidad pero lo cierto es que, aunque cada vez son más las fanáticas de este formato, todavía cuesta identificarlas como una sombra de ojos de pleno derecho. La creencia de que pigmentan menos o de que su duración es inferior a las típicas en polvo son dos de los motivos más repetidos por mis amigas cuando les pregunto por qué no terminan de atreverse a probarlas.
Sin embargo, como fan de este cosmético que soy, no solo puedo confirmar que su efecto dura mucho y que existen fórmulas que pigmentan tanto o más que la paleta de sombras de ojos tradicional, también añado tres ventajas más:
- Son muy fáciles de aplicar: aunque puedes recurrir a brochas o pinceles, lo más fácil siempre es hacerlo con el dedo. Si hay algo que marca la diferencia respecto a las en polvo es que la rectificación cuando te pasas o delineas es mucho más sencilla. Por no mencionar una característica maravillosa, que no dejan restos en la zona del contorno de ojos ni corren el riesgo de arruinar la base de maquillaje.
- Dejan una sensación super jugosa y luminosa: en gran parte porque, al ser en crema, resultan mucho más hidratantes.
- Son mucho más versátiles: puedes emplearlas para crear mucho más tipos de maquillaje de ojos. El único pero que encuentro es que no funcionan igual de bien en párpados grasos.
- Son mucho menos delicadas de transportar: puedes llevarlas en el neceser o en el bolso sin miedo a que se rompan, a diferencia de lo que ocurre con las que son en polvo.
Precisamente otro punto a favor que he descubierto a raíz de aplicármelas es que se trata de un cosmético multiusos:
- Como sombra de ojos: el uso para el que fueron inicialmente creadas. Son perfectas cuando lo que se busca es un acabado sutil o un efecto ombré en el párpado móvil, aunque también permiten jugar con la intensidad aplicando varias capas para crear un color intenso.
- Como prebase: quizá uno de los más desconocidos pero, a la vez, de los más aclamados es como prebase. No solo por su capacidad hidratante y fijadora de pigmentos, también porque ayuda a iluminar la mirada. Basta con difuminar una pequeña cantidad de producto por todo el párpado.
- Como delineador: muchas sombras de ojos en crema, especialmente las de acabado mate o tonalidades más oscuras suelen llegar acompañadas de un pincel para delinear y luego están las tipo kajal. Para mí, la mayor ventaja de este formato frente a las sombras tradicionales es lo fácil que resulta de aplicar: permite corregir el trazo con más facilidad y también evita que caigan restos a otras partes del rostro.
- Como iluminador: la clave está en elegir una de acabado satinado.
El truco, eso sí, es conocer las mejores fórmulas. A mí me ha costado bastante tiempo, pero por fin he encontrado las que mejores resultados ofrecen.
La más recomendada
Charlotte Tilbury es toda una autoridad en muchos productos, pero si hay uno al que todo el mundo hacía referencia durante mi búsqueda de la sombra de ojos en crema perfecta era la bautizada como Eyes to mermerise de la marca. Y tan solo tuve que aplicármela una vez para entender los maravillosos comentarios que había escuchado y leído sobre ella. Efectivamente, su textura ligera logra que resulte muy sencilla de aplicar, puedes hacerlo con el dedo o recurriendo a una pincel, y tiene un acabado brillante que logra iluminar el ojo pero de una forma muy sutil.
Te encantará si lo que buscas es principalmente una sombra para el día a día, de esas que te da un toquecito de color al ojo cambiándote la mirada por completo. También porque es una de las de formato en crema que más tiempo dura de todas las que he probado. El único detalle que conviene tener en cuenta es su precio, el botecito de 7 ml. cuesta unos 30 euros, pero la realidad es que cunde mogollón y, al menos para mí, se trata de una inversión que merece mucho la pena porque hay muy pocas sombras de ojos en crema que logren ese efecto.
La más asequible
Que la primera de mis sombras de ojos en crema favoritas ronde los 30 euros no significa que no haya versiones más asequibles que garanticen excelentes resultados, como la de la línea ColorStay, de Revlon. Cuesta entre 8 y 11 euros, pero ofrece un acabado de larga duración, aguanta perfecta durante varias horas sin cuartearse, también el agua. La clave está en usar poca cantidad y extenderla con cuidado, yo, personalmente, prefiero recurrir a los dedos, aunque incluye su propio pincel.
Tiene una textura cremosa, que recuerda un poco a los productos de tacto seco, y deja un acabado irisado, muy favorecedor. Y no lo digo solo yo, lo confirman los más de 3.000 comentarios con los que este producto cuenta tanto en Amazon como en Google, donde es una de las sombras de ojos en crema mejor valoradas. Otro punto a favor es que está disponible en un montón de tonalidades.
Muy de cerca dentro de la categoría de sombras de ojos en crema asequibles le sigue Color Tattoo 24h, de Maybelline New York. El primer motivo es la duración, entendida como tal no tanto el hecho de que esta sombra permanezca en el tiempo sino más bien que lo haga en excelentes condiciones. Precisamente uno de los grandes retos de toda fórmula en crema diseñada para aplicarse en el párpado es que con el paso de las horas y el movimiento del ojo no se cuartee. Y esta sombra, desde luego, lo consigue.
Aunque está disponible en varias tonalidades, me quedo con el pink gold. Resulta increíblemente favorecedor a tipo de piel y es una opción perfecta para esos días en los que no te apetece maquillarte demasiado. Con un toquecito de esta sombra (que también funciona muy bien como colorete) y un poco de máscara de pestañas consigues un look natural super bonito.
Mi gran descubrimiento
Cuando tu maquilladora favorita desde hace años anuncia que va a lanzar su propia marca de cosméticos, probarlos se convierte en uno de los acontecimientos del año. En mi caso, esa persona es Violette_Fr, que, para quienes todavía no la conozcáis, es una make up artist francesa (pero residente en Nueva York) célebre por crear looks perfectos para el día a día que se salen un poquito de lo habitual y colgar sus tutoriales en Instagram y en Youtube. Hace poco más de un año Violette_Fr lanzó su marca homónima y anunció envío a España, y fue entonces cuando tuve por fin la oportunidad de probar el producto que más curiosidad me suscitaba: la sombra de ojos líquida.
Bautizadas como yeux paint, hay dos aspectos que realmente llaman la atención de este producto, el primero es una textura que resulta especialmente fácil de extender y, el segundo, lo altamente pigmentada que está su fórmula. Aunque lo que realmente hace únicas a estas sombras de ojos en crema es una carta de colores muy difícil de conseguir en otras marcas. La colección se divide en siete tonos metalizados —el fucsia y el azul son un auténtico sueño— y siete mates —cuatro de la gama de los nude y un navy—, que no encontrarás en ningún lugar. Otro punto a favor de estas sombras, especialmente si (como yo) eres fan del eyeliner de colores es que su aplicador (que recuerda al de un pintalabios líquido) está pensado también para delinear el ojo.
La novedad
Sirva el hecho de que la recién estrenada línea de maquillaje Rabanne Makeup incluye sombras de ojos en crema como la mejor prueba de la creciente popularidad de este cosmético. Presentada en un envase que recuerda al de un botecito de pintura al oléo y con una textura que resulta super fácil de aplicar, tan solo me hizo falta probarla una única vez para enamorarme.
Lo primero que me llamó la atención fue lo rápido que se absorbe, pese a que cuando te la aplicas no lo parece (al menos yo tenía mis dudas durante el proceso). Lo segundo es su capacidad para ser modulada, pigmenta bastante (con una cantidad ínfima de producto es suficiente para cubrir el párpado móvil); eso sí, puede que necesites aplicar un par de capas si lo que buscas es un efecto más marcado. Lo tercero y, en mi opinión, su atributo más destacado es su duración. Decidí probarlo en condiciones lo más extremas posibles: me lo apliqué a las 11 de la mañana de un viernes que implicó un viaje de Madrid a Barcelona y una larga noche en la Ciudad Condal sin pasar por el hotel. Cuando llegó la hora de desmaquillarme la sombra estaba perfecta.
La única ‘pega’ es que solo está disponible en una gama reducida de colores metalizados, ya que los tonos más intensos los han reservado para sus sombras de ojos en polvo con efecto purpurina. Pero son una excelente forma de iniciarse en el formato en crema.
La mejor en barra
Apostar por el formato en barra o tipo kajal es una excelente idea cuando el delineado de ojos va a ser la función más usada de tu sombra de ojos en crema. Y, entre todos los existentes, me quedo con The 24h Eye Stick de la marca 3ina por varios motivos. El primero de ellos es su larga duración, no sé si tanto como las 24 horas que reza su nombre (nunca lo he llevado durante tanto tiempo) pero sí las suficientes como para confirmar otro de sus atributos, la resistencia al agua.
También que pigmenta un montón (está disponible en más de dos decenas de colores de todo tipo) y que se extiende con mucha facilidad, en gran parte gracias a su forma super hidratante que no reseca para nada el ojo, sino más bien todo lo contrario. Mención especial merece su formato eyeliner, con una punta mucho más fina que la media y un sacapuntas incorporado en su base. Así como el hecho de es vegano.
Otras sombras de ojos en crema a considerar
Porque aunque todavía no he tenido la oportunidad de probarlas (espero hacerlo muy pronto), todo el mundo habla maravillas de ellas:
- Mono eyeshadow, de Clarins (desde 15,26 €, en Druni)
- Chanel Ombre Première (desde 36 €, en Chanel)
- Runaway Eye Tint Eyeshadow, de Armani (desde 22,87 €, en Druni)
- Pain Pot, de MAC Cosmetics (desde 22,80 €, en Druni).
- Lasting Mousse Eyeshadow, de Kiko Milano (desde 10,49 €, en Kiko Milano).
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