Mateo Kovacic ya no se acuerda de Leo Messi. El Clásico tanto le afectó que tardó en olvidarlo. Aunque el argentino no estuviera, siguió persiguiendo al barcelonista en otros partidos. Pero eso ya es un mal recuerdo. Mateo ha vuelto y lo corroboró en Butarque con una sobresaliente actuación.
Sin Kroos, Kovacic repitió en el once de Zidane y volvió a recordar el futbolista que siempre decide bien, que no comete errores y que rompe líneas con el simple movimiento de su cuerpo. Cuando el croata mira al frente es otra cosa. En Leganés, el juego del Madrid se fraguó en sus botas. Dio 91 pases en todo el partido y sólo falló tres. 88 pases buenos del balcánico en su mejor registro en un partido de Liga desde que se compró un piso en la capital.
El juego del Madrid pasó por Kovacic. Se marchó del campo para que entrase Ceballos con un 96.7% de acierto buscando al compañero. Sólo se equivocó tres veces con la pelota. En esas, además, el croata fue protagonista en los tres goles de su equipo, es decir que sus pases fueron decisivos.
Kovacic inició la acción del gol de Lucas con Casemiro mediante, que tocó lo justo para asistir al gallego. El 1-2 fue una delicia de jugada colectiva en la que también participó el croata con dos toques. El tercero llegó de un penalti que le hicieron a él, cuando apareció por sorpresa en el área para marcar y poner la guinda a un partido TOP. Ahora toca perseguir a Kovacic.