El lugar perfecto para vivir en paz es esta casa de campo en México con líneas depuradas y mucho diseño

Roy Azar diseñó una casa de campo en San Miguel de Allende tan contemporánea como poética. Llena de luz y vegetación, es perfecta para brindar descanso y mucha paz. 
El lugar perfecto para vivir en paz es esta casa de campo en Mxico con líneas depuradas y mucho diseño
© Alejandro García

En esta lujosa casa de campo en México el lujo y el diseño se combinan en equilibrio con el paisaje. “Durante la primera visita al sitio, ubicado en la ciudad de San Miguel de Allende, la magia se hizo presente. Había que escucharla, sentirla e incorporarla para hacerla visible, palpable”, confiesa Roy Azar. En este proyecto, el arquitecto se dejó guiar por el entorno majestuoso con los viñedos, las montañas y un lago. 

Tras 15 años viviendo en el centro de la encantadora e histórica ciudad mexicana de San Miguel de Allende, el dueño —un emprendedor franco estadounidense— sintió el deseo de alejarse un poco del bullicio y de instalarse a las afueras para aprovechar más tranquilidad. Pidió a Roy Azar diseñar una versión moderna de una casa de campo. A partir de un lienzo en blanco, el arquitecto concibió una vivienda de una sola planta y de líneas depuradas, que se extiende en una superficie de 930 metros cuadrados y se organiza en forma de “U” para maximizar las vistas.

Obsidiana, mosaicos de bronce y mármol blanco

“El proceso de diseño empezó al inicio de la pandemia, cuando estaba confinado en mi casa, alejado de las distracciones de la vida cotidiana. Esto me dio el lujo de tener el tiempo de soñar con el paisaje. El panorama apacible, los volúmenes arquitectónicos contemporáneos y los materiales locales se unieron de forma natural”, explica Azar. Tres materiales principales fueron empleados para construir toda la casa: el cemento negro, la piedra caliza crema y la madera de roble, en sus formas más puras. “Esta fue la paleta inicial, lo demás solamente fueron los complementos”, continuó.

La obsidiana, mosaicos de bronce y el mármol blanco cubren algunas paredes para crear puntos de enfoque en los distintos espacios. “El diseño debía fusionarse con el contexto. Todo tenía que ser luminoso en cuanto a colores y rico en texturas”. Bañado de luz natural en todas sus fachadas, el vestíbulo da la bienvenida y se vuelve una transición entre afuera y adentro. En este pabellón independiente, los muros perforados permiten la circulación del aire durante el día y originan efectos de luz fascinantes por la noche. La estancia familiar se conecta con un jardín zen que cuenta con grandes rocas de obsidiana negra y árboles de magnolia. La cocina mira directamente al lago y a las jacarandas, y la zona exterior consta de una piscina de 18 metros de largo. “El dormitorio principal, como el centro de la escena, permite tener cerca todos los rincones del entorno. El singular vestidor, envuelto de ventanales y un gran domo, deja ver el movimiento del sol según las horas del día, mientras que al fondo encontramos un espacio para la lectura, la siesta de la tarde y la meditación”, describe el arquitecto.

En este espacio de vida, a la vez sofisticado y relajado, la pared de obsidiana negra contrasta visualmente con el resto de la paleta de tonos claros.

© Alejandro García

Todo fue pensado con mucho cuidado para despertar los sentidos

A la vez elegantes, confortables y funcionales, el mobiliario y las lámparas fueron escogidos para complementar la arquitectura. Muebles del diseñador italiano Pietro Franceschini, telas de Pierre Frey, un tapete artesanal y piezas de Taller de Obsidiana, entre otros, adornan esta vivienda.

Todo fue pensado con mucho cuidado para despertar los sentidos, donde los mayores protagonistas son los elementos naturales que dialogan con la arquitectura, los espacios interiores y las piezas de diseño seleccionadas para el proyecto. “En esta casa, el tiempo se detiene para vivirlo en plena tranquilidad”, concluyó Roy Azar.

Amplias ventanas de suelo a techo permiten disfrutar del panorama exterior desde el interior, donde la paleta de colores y materiales es neutra para transmitir una sensación de paz.

© Alejandro García

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