FILOSOFÍA

Javier Gomá: cuando mueren los padres

El filósofo español Javier Gomá. CARLOS GARCÍA POZO

El filósofo publica en EL MUNDO el monólogo teatral que escribió con el duelo que atravesó su familia el invierno pasado

Los lectores que se hagan hoy con un ejemplar del diario EL MUNDO en sus quioscos y los que consulten su edición en Orbyt se encontrarán con una pieza de otra época, quién sabe si llegada del pasado o del futuro: 11.500 palabras dispuestas en siete páginas, sin puntos y aparte ni apenas ilustraciones, escritas con los códigos de un monólogo teatral y dedicadas a asuntos que también están fuera del tiempo periodístico: la muerte de un padre, el duelo de los que quedan, la soledad del hombre...

Algunas explicaciones para empezar: el 24 de mayo del año pasado, el autor del texto, el filósofo Javier Gomá, cumplió 50 años. Al poco, el 30 de noviembre, perdió a su padre. No fue la peor muerte posible: Gomá padre ya tenía 85 años, había tenido muy buena salud hasta poco antes, no había perdido la inteligencia y había estado acompañado por sus hijos. El desenlace fue rápido e inesperado, no hubo agonía ni dolor físico ni tiempo para despedirse. Pero ocurrió como siempre: que los 'atenuantes' no aligeraron en nada la impresión que causa la muerte en los que se quedan. Tampoco la Filosofía ni la costumbre de trabajar con las emociones propias, como explica Javier Gomá en el texto que publica EL MUNDO, relativizaron el duelo, los 40 días de shock que tarda 'la piel' en mudar.

Luego, todo pasa, también las cuarentenas. Al llegar la primavera, el filósofo quiso convertir las emociones de aquel invierno en material de trabajo. ¿Con qué forma? ¿La de una pieza clásica de desvelamiento-rabia-reconciliación? ¿La de una carta al padre como la de Franz Kafka? No. "No me interesa la literatura terapéutica, ni lo que llamo literatura maleducada que consiste en desnudar sentimientos e intimidades. No me interesa la pornografía sentimental", explica ahora Gomá, cuando han pasado ocho meses de la muerte de su padre.

Gomá no es poeta ni novelista, es filósofo, de modo que su propósito no podía ser la narración o el destilado de la historia de su familia. Su objetivo es la definición y comprensión de ideas, de unos "universales", vinculados a la muerte del padre, a la muerte de todos los padres que han dejado a sus hijos adultos desamparados, como niños huérfanos.

No hay mucha información sobre la familia Gomá en el texto: el padre había sido un caballero a la antigua y había contado con la admiración de sus hijos pero también había dejado alguna herida mal cerrada en la familia. Como en todas las casas, ¿verdad? Por lo que se lee en un fleco del texto, fue notario y se llevó muy bien con la mujer de su hijo filósofo. Y poco más, ya que los detalles son irrelevantes.

Lo importante es la emoción ante la muerte, "el universal", esa sensación que, básicamente, es la misma desde la época de los griegos. La melancolía, la furia, el consuelo y el desconsuelo y la soledad. ¿No nos ocurre que, al llorar al padre muerto nos estamos llorando a nosotros mismos? "Somos seres narrativos", explica Gomá. "Nos definimos por un relato. Cuando mueren nuestros padres, sentimos que arrancan páginas de nuestra historia de las que sólo ellos son testigos".

Gomá no es poeta ni novelista, pero tampoco es escritor teatral. ¿Por qué su texto sobre el duelo trae la forma de un monólogo teatral? Para empezar, porque el propósito es que su trabajo se represente en un escenario. Y, para seguir, porque es coherente con la idea de Gomá de desarrollar un Filosofía mundana, una Filosofía hecha para ser hablada más que leída y que remita a la vida y al mundo, en vez de a la Historia de la Filosofía. Hace unos meses, el actor José Luis Gómez hizo una lectura teatralizada de algunos de los textos de su ensayo 'Razón portería' y Gomá comprendió, como en una epifanía, que el teatro era el lenguaje perfecto para su trabajo.

Queda una pregunta. ¿Por qué no aparecerá este texto en la edición digital de EL MUNDO? Javier Gomá tomó esa decisión: "Quería para este trabajo la exclusividad y el misterio del papel".

4 Comentarios

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Un placer leer a este escritor. Aún recuerdo su semblanza sobre Tonio Kröger de Thomas Mann.

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Me vais a perdonar. He comprado EL MUNDO como cada domingo y las casi 7 paginas que publicais del monologo de este señor son infumables. Flaco favor...

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Creo que te gustará. O, al menos, te hará pensar. Es muy breve: https://dametresminutos.wordpress.com​/2016​/04​/13​/palabras-por-decir

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La muerte de un ser querido es lo que mejor nos revela o recuerda lo vulnerables que somos.