Vivienda

CONSUMO ENERGÉTICO

Los expertos aconsejan una aclimatación entre los 24º C y 26º C

¿Cuánto cuesta no pasar calor en casa?

Salón de un piso con instalación de aire acondicionado. EL MUNDO

Mantener climatizado un piso tipo de 90 metros con dos aparatos de aire acondicionado sube la factura eléctrica unos 30 euros mensuales

El aire acondicionado en una ola de calor, ¿lujo o necesidad básica?

Una primavera con la temperatura media más alta jamás registrada

Hablar de ola de calor, o de temperaturas altas, es hablar de aire acondicionado. Un aparato que, de tenerse, puede convertirse en un elemento de decoración si no se controla su uso. Durante el verano, el aire acondicionado es uno de los principales responsables del aumento de consumo eléctrico en las viviendas, representando un 11% del consumo eléctrico nacional. Los tres millones de hogares equipados con aire acondicionado disparan la demanda de electricidad diaria en la época estival entre las tres y las seis de la tarde, según Homeserve, empresa especializada en la gestión integral de siniestros y reparaciones.

Mientras, en los últimos dos años, confirma la AFEC (Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización), la venta de aparatos de aire acondicionado para el sector doméstico ha superado las 600.000 unidades al año. "El repunte de la situación económica y las sucesivas olas de calor que venimos sufriendo, han hecho que el volumen de ventas se recupere aceleradamente", apuntan desde Agremia (Asociación de Empresas del sector de las Instalaciones y la Energía). Según su directora general Inmaculada Peiró, "la posibilidad de disfrutar de aire acondicionado está al alcance de la mayor parte de los ciudadanos, atendiendo al precio de los equipos".

Pobreza energética

Sin embargo, hay dos factores que pueden afectar a la posibilidad de disfrutar del servicio de climatización y que estarían ligados a la pobreza energética: el precio de la electricidad y el coste derivado del consumo de dichos equipos.

Y es que, los episodios prolongados de calor, que incrementan la demanda de energía de los hogares, son similares a los sufridos con el frío, los más conocidos. Es evidente que en ambos casos el hogar, para tener confort, requiere aumentar su consumo de energía doméstica.

Ante este hecho, se pueden dar distintas situaciones en hogares considerados vulnerables. "Si el hogar no puede pagar la factura o no cuenta con equipos de refrigeración, algo muy habitual en familias con pocos recursos, lo padecerá en términos de pérdida de bienestar", explica José Luis López, de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA). "En los casos en los que cuente con alguno de estos aparatos y lo utilice para alcanzar un nivel adecuado de temperatura durante el episodio de ola de calor, probablemente su vulnerabilidad se manifieste en forma de sobreesfuerzo para asumir su pago", añade.

Frente a esta tesitura, surge una pregunta obligada: ¿Cuánto cuesta encender el aparato de aire acondicionado en una vivienda? Teniendo en cuenta que el piso tipo, de 90 metros cuadrados aproximadamente, tiene dos equipos de climatización de alta eficiencia; uno instalado en el salón con 3.500 W, y el otro, de 2.500 W, en el dormitorio, durante un tiempo de funcionamiento de seis horas diarias, estos producirían un gasto cercano a los 30 euros mensuales (con impuestos incluidos). Son datos de Agremia, que concreta: "Con una modulación normal, arroja un consumo diario de energía de 5,5 kWh, que aplicándole un coste aproximado de 0,14 euros/kWh (sin impuestos), se obtendría un resultado de 0,77 euros/día".

¿Lujo o primera necesidad?

Para Agremia, la meteorología es determinante para decidir si el aire acondicionado es unelemento de primera necesidad o un artículo de lujo. "Si un año las temperaturas son suaves y el calor no aprieta, los usuarios no entienden que el aire acondicionado es una necesidad. Ahora bien, cuando sufrimos unas semanas de calor asfixiante, este aparato pasa a ser un artículo de primera necesidad para poder disfrutar de unas mínimas condiciones de confort", recalcan.

En este sentido, según los datos de HomeServe, en Andalucía solo un 11% de los hogares afirma no tener aire acondicionado, un porcentaje que sube hasta el 50% para los residentes en la zona norte de la Península. "Estos datos demuestran que a los habitantes de la cornisa cantábrica les gusta el frío, ya que aquellos que sí tienen aire acondicionado en su vivienda, lo ponen a baja o muy baja temperatura. Además, son los que más control tienen sobre su gasto, pues un 43% de los encuestados sabe perfectamente lo que supone su uso para la economía familiar", explican desde esta compañía.

También la baja eficiencia energética de los edificios en España hace que las casas tengan una resiliencia muy baja ante fenómenos extremos como las olas de calor. Por ello, al igual que para superar los episodios de frío, desde la ACA defienden que se apueste por mejorar la eficiencia, empezando por reducir la demanda energética de los edificios para evitar que nadie, independientemente de su nivel de renta, habite en una vivienda que pueda dañar su salud.

Uso responsable

El uso que se haga del aparato por parte del usuario es otro condicionante al gasto a tener en cuenta. "Si está funcionando de forma incorrecta, gastará más energía y al final terminará rompiéndose", previenen los técnicos de HomeServe. "El problema está en que nos olvidamos de él cuando deja de hacer calor en septiembre u octubre y nos acordamos de su existencia en el mes de mayo cuando llega de nuevo el calor repentino", manifiestan.

Las encuestas realizadas por esta empresa ponen de manifiesto que existe un mal uso generalizado del aire acondicionado en España. El 51% de las personas mantiene el aire acondicionado a temperaturas bajas (entre los 20 y 24 grados), muy inferiores a las recomendadas por los expertos, quienes aconsejan una aclimatación entre los 24 y 26 grados. Por cada grado que se baja, aumenta entre un 7% y un 8% el consumo eléctrico.

Si hablamos de averías, los costes también se merecen un capítulo importante. Así, el gasto en una avería mínima, como la reparación de un sensor, receptor o del motor ventilador puede llegar a costar 40 euros. Las más graves, como la rotura de un comprensor o placa electrónica, podría salirle al usuario por 400 euros, estiman desde HomeServe. Por otro lado, contar con un mantenimiento y revisión continuado podría salir por 42 euros al año.

No obstante, los equipos son cada vez más eficientes y el control de las instalaciones por parte de los usuarios (de manera remota y con posibilidad de programarlos) ha hecho que se pueda adecuar el confort y consumo a sus necesidades. Aunque no está de más, recomiendan desde Agremia, que se apliquen buenos hábitos en el uso del aire acondicionado. Entre otros consejos, es importante mantener una temperatura de 25ºC o 26ºC para que no se dispare la factura eléctrica, bajar persianas durante el día para que el calor y la luz no calienten la casa, ventilar la vivienda por las mañanas o por la noche o elegir equipos de climatización con etiquetado energético A+++.