Pasan los años y Leo Messi no deja de sorprender. Cuando parece que el argentino empieza a apagarse, siempre vuelve para reivindicarse con una actuación estelar con la que parece mandar un mensaje a los que quieren enterrarle antes de tiempo. La del pasado domingo en el Santiago Bernabéu fue una noche de esas.
El Barça y el propio Messi llegaban a Chamartín tocados por la eliminación europea. El argentino estuvo desaparecido en los dos encuentros ante la Juventus y se llevó muchos palos por ello. Encima, al otro lado del puente aéreo, Cristiano Ronaldo resultó decisivo contra el Bayern de Múnich.
Como sus respectivos clubes, los dos jugadores viven en una comparación constante y, tras la jornada europea, el luso parecía el único ganador posible del próximo Balón de Oro. Eso, claro está, hasta que pasó lo que pasó en el Clásico.
Sus dos tantos y su notable actuación en el campo del eterno rival volvieron a poner sobre la mesa el tipo de jugador legendario que es Messi y, de paso, reactivaron al Barça en la pelea por LaLiga. Los catalanes vuelven a ser candidatos al título y el hecho de no tener el desgaste de unas semifinales de Champions podría beneficiarles.
La Pulga añadió a su currículum una nueva noche para el recuerdo y, echando la vista atrás, ya son muchas las que ha dejado desde que debutara con el primer equipo hace más de una década. Aún así, a pesar de su enorme fiabilidad, Messi también es humano y ha estado desaparecido en alguna que otra gran cita, pero son las menos. El historial del rosarino está repleto de golpes de autoridad. Desde actuaciones destacadas ante rivales de envergadura, pasando por goles antológicos o apariciones para decidir finales, el repertorio de Messi es amplio.
Leo ha aparecido en infinidad de Clásicos.No en vano, es el máximo goleador histórico de los enfrentamientos entre los dos equipos más grandes de nuestro fútbol. Ha marcado hat-tricks ante el Real Madrid, tanto en casa como en el Santiago Bernabéu. Le ha hecho a los blancos goles de falta, de penalti y de jugada. Sin embargo, si hubiese que elegir sus tantos más importantes, esos serían los que ha marcado en las finales de Liga de Campeones de 2009 y 2011, ambos contra el Manchester United.
Es precisamente en la máxima competición europea donde Messi ha firmado algunas de sus noches más legendarias. En la retina de todos los culés quedaron sus cuatro goles en un partido al Arsenal, su doblete en el Bernabéu en semifinales o su noche mágica ante el Bayern de Múnich de Guardiola.
También resultó definitivo para que el Barcelona ganase el primer Mundial de Clubes de la historia. Su gol con el pecho a Estudiantes de La Plata tiene su debido reconocimiento en el Museo azulgrana del Camp Nou.
Ya en el ámbito doméstico, el Athletic Club ha sido una de sus víctimas favoritas, con especial relevancia en las finales de Copa del Rey. El argentino ha tenido una buena cuota de responsabilidad en que los rojiblancos se hayan quedado sin levantar el título en los útlimos años. El tanto que le hizo a los bilbaínos en la final de 2015, es uno de los más recordados de su carrera.
Renovación al caer
En total, Messi acumula 499 tantos oficiales con la camiseta del Barça y muchos de ellos han resultado decisivos para la consecución de títulos importantes. En esta tesitura, la renovación del argentino es una obligación que la directiva azulgrana no puede retrasar más.
La buena noticia para los culés, es que el proceso está en curso y se espera que llegue a buen puerto a finales de temporada. El padre de Leo está en la Ciudad Condal para, entre otras cosas, arreglar este asunto. Si todo va como las dos partes esperan, en menos de un par de meses debería haber fumata blanca y se anunciará el acuerdo. El Barça no puede permitirse lo contrario.