LA ÚLTIMA COLUMNA

Grândola, Vila Morena

El partido antes llamado PSOE (como Prince cuando se autogestionó el nombre) queda reducido a un jaleo de maras: con sus macarras, sus bardeos, sus jefes de sector, su traición a destajo, su odio, sus chivatos. Pedro Sánchez, único secretario general del partido puesto en pie por las bases, ha llevado tan lejos su fantasía que apostaron por aplicarle cicuta en las arterias.

Felipe González dio consigna en la Ser. Llamó a la radio y aquello fue como el Grândola, Vila Morena de todos los transistores que esperaban la señal, aunque ahora en plan traición; y los viejos cuchillos tiritaron bajo el polvo (Lorca). Dudoso gesto el de fumigar al capitán con un dominó de abstenciones, conjurándose contra la militancia. Hasta la derecha debiera aplaudirles. Ellos sabrán. Sánchez, político rumiante, confió demasiado en sus siete estómagos. Él cae y la Bolsa sube. Estaba todo pactado, menos la poesía.

El PSOE es un espectáculo malo para el socialismo, donde el fracaso bulímico viene del cruce de unos agitadores heraldizados (la vieja guardia, los de siempre) y una tropilla boy scout untada de utopías de mañana por la mañana. El otoño del socialismo español es evidente, porque no han reparado en que al final el peso está en las ideas, en lo que no se ve, en lo que mueve el mundo. Los chicos de Sánchez han confundido la manías con los reglamentos articulando un PSOE español que le va haciendo trampas a España. Y no lo digo por la abstención (que quizá), sino por la pureza estupefaciente de su estupidez. La izquierda, quiero pensar, es otra cosa. El partido (o lo que ya sea) es en este momento una hipótesis histórica tomada por traidores y barracudas. Sánchez es un político tan maletilla que se presentó con mejor cotización de la que tenía. Susana Díaz apostó por él con el fin de acuñarse a sí misma. Nada que no inventara Felipe González. Nada que, de nuevo, no haya dictado monsieur. El PSOE ha saltado por los aires, como estaba previsto. Le vendría bien a Sánchez leer un rato a José Hierro: «Qué más da que la nada fuera nada / si más nada será, después de todo, / después de tanto todo para nada». Ya ves.

2 Comentarios

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Hay muchos intereses, y el Sr. Gonzalez se presta a ello, después de tanto tiempo se le da por hablar de una conversación privada.... valla ... me siento engañado... tremendo zorro viejo ( sin ofender solo por su experiencia que dice o cree tener) bueno si alguien ha visto la entrevista de como se ratifico en lo dicho en la cadena ser... una imagen vale mas que mil palabras, nosotros con una tristeza por lo que pasa y el .... partido de la risa, le causo gracia lo que había dicho... a esto se le puede llamar dirigente de respeto??? Y Susana... ya te vale así no ganaras ni 5 escaños si te presentas.....

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La tripulación se ha rebelado contra el capitán para que no entregue el barco al enemigo. El PSOE no quiere otro Alberto Garzón.