Artur Segarra: "Yo no he matado a nadie. Me van a matar, como a David"
El tribunal considera que, pese a que no hay testigos, existen "suficientes" pruebas que sostienen la culpabilidad del español
Condenado a la pena capital. Esa es la sentencia impuesta este viernes por un tribunal de Tailandia a Artur Segarra, acusado de asesinar en Bangkok al también español David Bernat en 2016. Según el juez, el reo acabó de forma premeditada con la vida de su compatriota, lo descuartizó y se deshizo de sus restos con el fin de apoderarse de su dinero, una conclusión a la que ha llegado pese a no contar con ningún testigo presencial de los hechos.
Segarra, que llegó al Tribunal Penal del norte de Bangkok sonriendo mientras mostraba la cita bíblica "Lucas 23:34" (Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen) garabateada en la palma de su mano, escuchó el veredicto con aparente calma en una sala a rebosar. Cuando abandonaba la habitación enfundado en el traje marrón que lucen los presos en Tailandia, el español quiso señalar que "no hay pruebas" que demuestren su culpabilidad y que "son sólo indicios", defendiendo su versión desde que se inició el juicio en diciembre: que él es inocente.
Sin embargo, el magistrado consideró que, pese a carecer de testigos directos del asesinato, existen "suficientes" pruebas que sostienen la culpabilidad del acusado. Entre ellas, las evidencias recogidas por la policía -como muestras de ADN, huellas dactilares o grabaciones de cámaras de seguridad- y los movimientos bancarios registrados entre las cuentas de Segarra y Bernat o la retirada de dinero de las cuentas de Bernat que el asesino efectuó en varios cajeros. "Las pruebas forenses son fiables y no se pueden rechazar", consideró el juez, que durante estos meses ha podido escuchar la declaración de casi 40 personas citadas por la Fiscalía.
Bernat, empresario de 40 años natural de Lérida, residía en Irán, desde donde viajaba con frecuencia a Tailandia. En la noche del 20 de enero, la víctima quedó con Segarra, a a quien ya conocía de anteriores ocasiones, y la última vez que se le vio con vida fue en la grabación que registró el momento en el que ambos entraban en el piso de Segarra, de donde Bernat nunca más salió. Entre los días 27 y 30 de enero, las partes de su cadáver descuartizado fueron apareciendo en las aguas del Chao Phraya, el río que atraviesa la capital tailandesa de norte a sur, un caso que llenó los titulares de la prensa local.
Retenido durante varios días
De acuerdo con la investigación, Segarra mantuvo retenido a Bernat durante varios días para poder tener acceso a la cuenta bancaria que la víctima mantenía en Singapur y transferir "grandes cantidades de dinero" a las suyas propias, además de retirar en persona importantes sumas de las cuentas de Bernat en cajeros automáticos de Bangkok en al menos dos ocasiones, cuando el titular ya estaba desaparecido.
Una vez recuperado el cuerpo, los forenses determinaron que Bernat falleció asfixiado, probablemente el 26 de enero. Esa noche, Segarra fue visto cargando un gran fardo -que se cree que contenía el cuerpo desmembrado del fallecido- en su motocicleta en dirección al río, de donde regresó el día siguiente sin nada.
La Fiscalía y los agentes siempre han creído que Segarra secuestró a su compatriota para extorsionarle y acabó con su vida después de que la entidad financiera de Bernat rechazara las transferencias hechas vía internet debido a las medidas de seguridad.
Segarra, de 39 años, fue detenido el 7 de febrero en la ciudad camboyana de Sihanoukville por las autoridades locales, que le entregaron a la policía tailandesa al día siguiente. Desde entonces, el ahora condenado es el principal sospechosos del asesinato y ha sido el único procesado por este crimen.
Pero, a pesar de las evidencias que hay en su contra, este hombre originario de Terrasa ha negado siempre ser el asesino de Bernat, y se ha declarado inocente de los otros 12 delitos que también le imputó la Fiscalía, como secuestro, extorsión, robo, falsificación de documentos o la destrucción de pruebas. Además, ha defendido que él mismo fue víctima de una trampa orquestada por su novia de entonces, la tailandesa Pridsana Saen-ubon, que testificó en su contra el pasado mes de diciembre.
Insiste en su inocencia
Tras conocer su suerte, uno de los abogados de Segarra, Jassada Piyasuwanvanit, declaró que su cliente piensa apelar la sentencia. Para ello, primero podrá recurrir al Tribunal de Apelaciones y más tarde al Tribunal Supremo. Si no logra nada, su último recurso para evitar la inyección letal, forma en la que ajustician a los reos de muerte en Tailandia, sería solicitar clemencia a la Casa Real para que le rebajen la pena. Desde 2009, Tailandia no ha ejecutado a ningún condenado a la pena capital, un castigo que se suele conmutar por la cadena perpetua.
Además, este viernes el juez ha establecido que Segarra debe pagar unos 19.000 euros a la familia de Bernat. De acuerdo con el convenio firmado entre España y Tailandia, el sentenciado podría pedir el traslado a una cárcel española para cumplir el resto de la condena tras pasar ocho años en la cárcel tailandesa, pero, para ello, es obligatorio que el reo cumpla primero con las penas económicas impuestas.