POLÍTICA

Rita Barberá, el animal político que se devoró a sí mismo

Rita Barberá, en el salón de plenos del Ayuntamientos, al ser nombrada Musa del Humor en 1972. LIBRO 'LA DAMA DE ROJO DE LA ESPAÑA AZUL' DE S. BARBER

Extrovertida, excesiva y también muy irascible, acumuló todo el poder y no permitió su relevo

«No hagáis nada que nos comprometa», dicen que advertía a sus colaboradores

Rita & Cía

Era 1991 y Valencia (desde el inicio de la democracia) nunca había visto otro color que el rojo. El que representaba Clementina Ródenas en la Alcaldía de Valencia y Joan Lerma (ahora senador) en la Generalitat. La sombra de una operación urbanística y la dimisión tres años antes de quien había sido el referente en la ciudad, Ricard Pérez Casado, sin embargo, habían debilitado al Partido Socialista, que empezaba a mostrar síntomas de descomposición tras 12 años en el poder. Era su oportunidad. Y Rita Barberá no la desaprovechó. El animal político que llevaba dentro empezaba a hacerse visible.

Aupada hasta la Alcaldía por un muy estrecho margen en las urnas con Unión Valenciana (lo logró por un concejal pese a ser la segunda fuerza más votada tras el PSOE), la ex alcaldesa acabó con el mito de que la ciudad era socialista, robó hasta el rojo a la izquierda -con sus trajes-, y empezó a cimentar los pilares del PP en la Comunidad Valenciana. Unos pilares que han acabado por resquebrajarse por la misma grieta que le abrió las puertas del consistorio: la corrupción. Y eso que algunos de sus concejales todavía recuerdan la advertencia que les lanzaba al ingresar en sus filas:«No hagas nada que nos pueda comprometer».

Entonces la sombra de la duda todavía no se había instalado sobre su gestión y cualquier intento de vincularla con el caso Emarsa, el que destapó el saqueo de la depuradora de Pinedo y el primero que relacionó su gestión con irregularidades, colisionaba frontalmente con su imagen incorruptible.

La primera legislatura en el Ayuntamiento, de la mano de Unión Valenciana, le brindó varias lecciones.La primera, que los gobiernos en coalición no eran cómodos para imponer su carácter. La segunda, que debía ofrecer grandes proyectos que generasen la ilusión de que Valencia, bajo su mano, salía del olvido. Y la tercera, que tenía que conquistar la calle si quería garantizarse un futuro en el Ayuntamiento.

Y a ello se lanzó en cuerpo y alma. Desde entonces, se convirtió en la dueña de los mercados municipales, de los centros de la tercera edad y de los falleros. Tres pilares que la sostuvieron hasta el final y que le permitieron devorar a Unión Valenciana y mayorías aplastantes en todas las elecciones.

Extrovertida pero también cauta y muy irascible, Barberá conquistaba a los votantes en las distancias cortas. Sus colaboradores todavía recuerdan cómo convirtió en elogios y halagos lo que se había iniciado como una protesta por la remodelación de la avenida del Puerto en 2007.

Su control férreo de cualquier iniciativa durante sus primeros pasos transmutó en una falsa relajación a medida que consumía legislaturas. Descargó la gestión diaria del ayuntamiento en Alfonso Grau, su mano derecha hasta que el caso Nóos provocó su divorcio, pero no descuidó los asuntos más importantes, los que le daban votos. «Te dejaba hacer pero si te alejabas de lo que ella quería te lo hacía saber de forma abrupta», rememoran desde la distancia algunos de sus compañeros.

Siempre excesiva y campechana, muy en sintonía con la calle, la ex alcaldesa, sin embargo, fue extremadamente cauta durante su mandato. Incluso al final. Ella fue la última en ingresar los 1.000 euros en la cuenta del partido que han acabado con su carrera. Esas reservas le permitieron esquivar los asuntos judiciales que paulatinamente hacían temblar los cimientos de su mandato. Ella nunca firmaba nada, se valía de sus concejales como cortafuegos. Pero esa misma actitud ha acabado por devorarla. Fue incapaz de dar aire a sus subordinados y dejarles crecer a sus faldas. Al coartar su relevo acabó por asumir todos los riesgos y encabezar una sexta candidatura que ha significado la defunción política de quien una vez fue el mayor valor del PP.

16 Comentarios

15

¿¿ ANIMAL dices ..?? Bestia Bellotuda diria yo..

13

Esta señora puede que sea inocente, o quizá no lo sea, pero demuestra tener muy poco cariño por su propio partido al no dimitir de su escaño, pues con esa actitud cerril continúa dando municiôn a los enemigos políticos del PP.

11
10
9

Hoy hemos visto el pueblo que los dos que durante 40 años NOS HAN LLEVADO A LA RUINA, nos han jugado sucio y ambos legislaron solo al ancho de sus bolsillos, menejan a su antojo el poder judicial al nombrarlos ellos s dedo, hoy vemos que AQUÍ Y A ELLOS SON INTOCABLES PASAN LOS AÑOS Y LOS AÑOS y hoy son los nuevos amos y nuevos ricos como vemos la Sra Rita Barberá con 7000 euros mes, la culpa es de esos dos de esa coalición encubierta llamada "Y TÚ MÁS " por lo que PSOE y PP son culpables de esos 5 millones de parados y UN ILLÓN DE DEUDA PÚBLICA al gastar el doble que se redauda, ambos tienen MONTADA UNA BURBUJA POLÍTICA QUE ES EL CÁNCER DEL PUEBLO, no podemos mantener a tanto político sobran las 17 autonomías, las diputaciones el 70% de ayuntamientos y todos los chiringuitos oficiales que hay miles, ninguno de los dos dice nada pero lo triste es que los nuevos que llegarán SOLO DICEN QUÍTATE TÚ QUE ME PONGA YO.

8

Y todo este follon que se ha montado por blanquear 1.000 euros ?, esto es desproporcionado, es absurdo, en un pais donde todo que que puede evita pagar iva, donde en sitios hay politicos llevandose dinero a espuertas a base de subvenciones, de contratos a amigos y familiares y no pasa nada ?, y a esta señora por blanquear 1.000 euros la han condenado a la hoguera ?.

7

Muy valenciana, excesiva, irascible, familiar, los valencianos se identificaron con ella por su carácter, y Valencia dio un enorme salto adelante, hay que decirlo. Lástima que esto termine mal (como casi todo).