Terremoto en Italia

El último balance eleva a 278 el número de muertos y a 387 el de los heridos

Supervivientes de Amatrice: "Han muerto familias enteras. No quedará nadie para reconstruir el pueblo"

Las ruinas y el silencio protagonizan el paseo por la devastada Amatrice SORAYA MELGUIZO (Vídeo)

Todas las noticias sobre el terremoto

Vea todos los vídeos de la tragedia

La fiscalía de Rieti abrió ayer una investigación por presunto desastre doloso para aclarar porqué edificios reestructurados recientemente en la zona han quedado destruidos tras el terremoto. Edificios como la escuela de Amatrice, que había sido reestructurada en 2012 de acuerdo a las normas antisísmicas tras el terremoto registrado en la ciudad del Aquila en 2009, que dejó más de 300 muertos y 1.500 heridos.

También el campanario de Accumuli, que fue reestructurado recientemente, se derrumbó tras el temblor registrado este miércoles. Según los medios locales la Protección Civil italiana había puesto a disposición de los ayuntamientos cerca de dos millones de euros para que acometieran las necesarias reestructuraciones pero por motivos que aún se desconocen, las intervenciones nunca llegaron a completarse.

Un total de 278 víctimas mortales del terremoto en el centro de Italia han sido identificadas hasta el momento, todas ellas de las localidades de Amatrice y Accumolil (Lazio), según el balance ofrecido por el responsable de Protección Civil, Luigi D'Angelo. Los funerales se celebrarán el sábado a las 11:30 am en la catedral de la capital de la región de las Marcas, Ascoli Piceno, de donde procedían parte de los fallecidos. En él estará presente el presidente de Italia, Sergio Mattarella.

Mientras que el otro velatorio de las 45 víctimas de las Marcas, se había fijado para las 15:00 de esta tarde en el polideportivo, ha sido cancelado por motivos de organización, según ha señalado la prefectura en un comunicado de prensa. El encargado de oficiar el funeral será el obispo de Ascoli, monseñor Giovanni D'Ercole, otra diócesis cuyo territorio fue golpeado por el terremoto.

"El dinero tan pronto como llega, desaparece. Se lo comen", dice llevándose las manos a la boca e indignado un hombre de avanzada edad a la entrada de Amatrice. Su casa está destruida pero él y su familia lograron escapar con vida. Otros vecinos no tuvieron la misma suerte. "Aquí debajo hay cuatro personas", dice a EL MUNDO mientras señala una montaña de escombros. "Los padres y los dos hijos. Esto es un desastre". Vestido con una sencilla camiseta blanca y un pantalón vaquero -lo poco que pudo coger antes de escapar tras el temblor- deambula entre las calles de los pequeños pueblos y pedanías en los alrededores de Amatrice. Con la mirada perdida y las manos blancas de haber excavado entre los escombros durante horas.

El Gobierno italiano decretó ayer el estado de emergencia en la zona y aprobó un paquete de ayudas por valor de 50 millones de euros. El primer ministro Matteo Renzi aseguró que la prioridad es la reconstrucción de los pueblos afectados. "Tenemos una obligación moral con las mujeres y hombres de estas comunidades", añadió.

Un pueblo fantasma

Amatrice se despierta dos días después de la tragedia sepultada por los escombros. Es un pueblo fantasma. A primera hora de la mañana la carretera del hospital por la que se accede a la localidad está cortada. Las autoridades italianas advierten del peligro de nuevas réplicas y pocas horas después un temblor de magnitud 4,3 en la escala Richter tira abajo lo poco que aún quedaba en pie. El último balance oficial en Amatrice es de 218 muertos y 387 heridos, según ha informado este viernes Immacolata Postiglione, jefa de emergencias de la protección Civil.

La entrada al pueblo es un continuo ir y venir de gente que trata de acceder a pie al pueblo para buscar a sus familiares. "Mi madre estaba en el convento de las monjas. Pero ha quedado destruido", cuenta desesperada Carla. "Yo convencí a la mía para que viniese a pasar estos días de verano al pueblo porque se estaba más fresco", lamenta otro hombre.

Miles de personas han pasado su segunda noche a la intemperie. Muchas han dormido en sus propios coches, delante de sus casas, por miedo a que se produjeran nuevos temblores y para defender lo poco que les queda de los ladrones, que ya han empezado a saquear las casas vacías. Al menos tres personas fueron arrestadas ayer por la policía mientras intentaban entrar en las pocas casas que se habían mantenido en pie.

"Hemos perdido amigos, familiares, hemos perdido todo lo que teníamos. Pero lo importante no son las casas sino las personas que ya no están", dice entre sollozos una mujer de mediana edad, sentada y con la mirada perdida, delante de su casa. La fachada ha resistido el temblor pero el interior está destruido. Los bomberos intentan sacar algunas pertenencias, sobre todo álbumes de fotos y recuerdos de una vida. "Déjadlo. Ya da igual", les dice desde el otro lado de la calzada. "Solo faltaría que se viniera abajo con ellos dentro", dice. "Hemos pasado aquí toda la noche porque tenemos miedo a que nos roben lo poco que nos queda".

A pocos metros de allí, en la pedanía de Sommati, Linda descansa con sus dos hijos delante del restaurante familiar que ha resistido en parte al violento temblor. "En Amatrice han muerto familias enteras", asegura. "Muchos turistas habían venido a pasar esta semana a la localidad para celebrar la fiesta en honor a la 'pasta amatriciana'", originaria de la localidad.

"El pueblo entero ha desaparecido. Ya no habrá nadie para reconstruirlo". Ella consiguió salir ilesa junto a sus dos hijos. Sus suegros, propietarios del restaurante que vivían en una casa colindante, han sufrido algunas heridas de poca gravedad. Los dos niños juegan con sus videojuegos pero no permanecen ajenos a la tragedia. Uno de los pequeños recuerda el pánico vivido tras el primer temblor. "Al principio no encontraba la puerta de la habitación pero al final conseguí salir y sólo me he hecho esto", dice mientras muestra con orgullo un brazo malherido.

Enrico lleva trabajando toda la noche sin descanso en la pequeña pedanía de San Lorenzo a Flaviano. Las pocas casas que se disponían a lo largo de la carretera que lleva a Amatrice están completamente destruidas. "Esta noche hemos recuperado ocho cuerpos, pero aún hay dos personas más debajo de los escombros", cuenta. Enrico, natural de la vecina localidad de Borbone y responsable de un equipo de voluntarios, se muestra pesimista con el pasar de las horas. "Es terrible. Y será aún peor que el Aquila porque el epicentro ha sido más superficial".

En Sant' Angelo las autoridades italianas instalaron ayer un campamento provisional con capacidad para 300 personas. Cada una de las tiendas pueden contener hasta 12 personas. Y en las próximas horas llegarán los psicólogos para intentar dar apoyo a las víctimas. 160 voluntarios de la organización humanitaria Misericordia procedentes de toda Italia están colaborando con el Ejército desplegado en la zona y los trabajadores de la Protección Civil.

"La situación es trágica. Conocíamos a mucha gente del pueblo", dice Gabriela. "Nuestro trabajo es ayudar a las ambulancias a trasladar a los heridos a los hospitales, pero yo llevo toda la noche trasladando muertos a la morgue", lamenta su compañero Domenico. "Las opciones son dos: reconstruir los pueblos, que parece bastante complicado visto como han quedado, o instalar casas prefabricadas como se hizo tras el terremoto de Emilia. Pero para esto último harán falta algunos meses y aquí en invierno hace mucho frío", explica Gionata Fatichenti, responsable de la sección toscana de la organización.

Centenares de personas permanecen sepultadas mientras que los Bomberos, la Protección Civil italiana y el Ejército tratan de rescatar los últimos cuerpos sin vida. Pero ya no se oyen prácticamente sirenas. Las ambulancias ya no transportan heridos. Los helicópteros continúan sobrevolando la zona afectada por el devastador terremoto pero hay pocas esperanzas de encontrar algún superviviente.

5 Comentarios

4

Donde se puede enviar mantas y abrigo para esta gente??

3

@straiter #2 No llegaría a ese extremo, por aquéllo de que las generalizaciones no son justas, y menos en el homo sapiens. Pero sí que reconocería que el ser humano es capaz de lo peor. Robar en la tragedia, mandar a niños-bomba, que no saben lo que hacen, para que salten por los aires, abusos de menores, violaciones de menores y mayores, tiros en la nuca....y ya si nos ponemos guantes blancos podemos forrarnos quedándonos el sustento de los que nada tienen. Previo paso por las urnas, o no.

1

Es alucinante que aún haya personas que tengan el estómago de ponerse a robar en medio de la tragedia. Hay perfiles del ser humano que se me hacen incomprensibles.