ESPAÑA

Crisis en el PSOE

Un PSOE menos urbano y más envejecido

José Luis Rodríguez Zapatero revalidó mandato en las elecciones de 2008 con 11.289.335 votos. Ningún candidato socialista ha sumado tal cantidad de papeletas en unas elecciones legislativas. Cuatro años antes había puesto fin a la era del PP de José María Aznar. Entonces, los simpatizantes congregados frente a la sede del PSOE celebraban el triunfo al grito de «no nos falles». Pero, visto con perspectiva, parece que les falló, o al menos así lo interpretan muchos electores, que poco a poco han ido abandonando a su partido. Jóvenes, parados, jubilados, trabajadores domésticos...

El desgaste electoral desde 2008 no distingue entre sexos, nivel de estudios, tamaño de población o situación laboral de los encuestados. Lo reflejan los estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), cuyos sondeos postelectorales permiten una aproximación al comportamiento de los españoles en las urnas. A falta aún de datos del 26-J, un repaso a las encuestas realizadas tras las elecciones generales de 2008, 2011 y 2015 muestra cómo evoluciona la composición del electorado según diferentes variables.

Al igual que España, los votantes socialistas envejecen, aunque lo hacen a un ritmo mayor. Si en marzo de 2008 el 50 % de los electores del PSOE eran menores de 45 años, tras el 20-D son mayoría aquellos que pasan de los 55. El desplome más acusado se da entre quienes van de los 18 a los 34 años: Zapatero contó en su segunda victoria con alrededor del 47 % de todos ellos, mientras que Pedro Sánchez apenas obtuvo el apoyo del 14% del colectivo. Los jubilados apenas representaban el 20 % en 2008. Hoy, suponen un tercio.

El tamaño de los municipios en los que residen los electores también debería preocupar en Ferraz. Hace ocho años, el 49,65% de quienes votaban socialista estaba empadronado en ciudades de 50.000 o más habitantes, una cifra que cayó ocho puntos en diciembre de 2015. Hoy, casi el 60% de los votantes del PSOE se encuentran en núcleos de población con menos de 50.000 vecinos.

Más cambios. Mientras Zapatero lograba retener al 88,2% de quienes le habían votado en 2004 al tiempo que crecía a costa de Izquierda Unida y todas las formaciones nacionalistas, Sánchez apenas fidelizó el pasado diciembre al 57,6% de quienes antes habían elegido a Rubalcaba en 2011.

Otro indicador que recoge el CIS cada trimestre es la intención de voto de los líderes políticos y ahí Pedro Sánchez no sale tan mal parado. Al menos en comparación con su predecesor. Alfredo Pérez Rubalcaba abandonó el liderazgo socialista en el verano de 2014 con una estimación de voto casi ocho puntos inferior a la de su llegada. Recién elegido, Sánchez se estrenaba al frente de la Secretaría General con un apoyo estimado del 23,9%, algo más de dos puntos y medio por encima del último barómetro, cuando todavía se preguntaba por el exministro de Interior en las encuestas.

El ascenso, muy leve, se mantuvo hasta que los sondeos dejaron paso a la realidad de las urnas. El PSOE cosechó en 2015 un nuevo suelo electoral: siete puntos menos y 1,4 millones de papeletas se quedaban por el camino respecto a noviembre de 2011, con Rubalcaba de candidato. El registro empeoró seis meses después, tras una investidura fracasada, cuando se perdieron otros 100.000 votos. El 26-J, el PSOE sólo pasó del 25% de los votos en tres comunidades: Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha. En las tres, el PSOE regional forma parte del sector crítico.

34 Comentarios

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Es dramático. El PSOE se hunde y sus dirigentes se dedican a apuñalarse. Para llorar... No se pueden tirar tantos años por el inodoro.

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En mi opinión, solo un partido no puede, por si solo, recuperar el terreno perdido, en materia social, económica y política....En esta época, se impone el asociamiento, el acuerdo y una hoja de ruta aceptable por la mayoría... Se debe mejorar y actualizar la Constitución, facilitar el mejor encaje posible entre Comunidades, poner rumbo a una Justicia Social eficiente y moderna, elegir a los mejores y más capacitados para dirigir las Organizaciones públicas y privadas, emular a los países más avanzados y desprendernos de los vicios y malas costumbres adquiridas que impiden la armonía y la ecoeficiencia... En suma, dejen de discutir entre afines ..... y a trabajar se ha dicho, que ya es hora.

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El equilibrio entre partidos de gobierno debe conseguirse a base de reconocer que media España vive bien o muy bien, es conservadora por tanto, pero no puede apropiarse de todos los recursos, como viene sucediendo desde hace demasiado tiempo... Así, la otra media España, debe recibir los beneficios de un gobierno progresista, que se releve con el conservador y distribuya las cargas y la riqueza entre TODOS, de forma progresiva y Justa. Pronto se recuperaría la clase media y trabajadora, base de un territorio moderno y solvente. Por ello, las desigualdades deben corregirse sin poner en peligro el futuro de los jóvenes, los compromisos firmados por España y en aras de un Desarrollo Sostenible. Otra cosa es demagogia.

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