El pabellón de España gana el León de Oro de la Bienal de Venecia

'Unfinished' es reconocido por la "selección de arquitectos" que muestran "cómo el compromiso y la creatividad pueden superar los límites".

Ruinas españolas en Venecia

Hacía 16 años que España no conseguía un galardón tan importante, pero en esta ocasión el Jurado Internacional de la XV Bienal de Arquitectura de Venecia no tuvo duda. Reconoció el pabellón de España con el León de Oro a la mejor participación nacional. El pabellón, titulado Unfinished y dirigido por los arquitectos Iñaqui Carnicero y Carlos Quintáns, demuestra que, a pesar de la crisis económica y las circunstancias, se puede continuar haciendo arquitectura de calidad. Se agudiza el ingenio y la creatividad.

El comisario de la XV Muestra Internacional de Arquitectura, el arquitecto chileno Alejandro Aravena, pidió que cada participante presentara en la Bienal de Venecia un problema con el que se encuentra en su país. "Nosotros decidimos poner de manifiesto el problema de las edificaciones que se han dejado sin acabar en España por falta de presupuesto", explica uno de los comisarios del pabellón español, el arquitecto madrileño Iñaqui Carnicero, y profesor en la Universidad de Cornell, en el Estado de Nueva York. No se trataba de hacer crítica política, aclara, sino de poner en evidencia algo que salta a la vista en nuestro país.

De ahí que el pabellón español se bautizara con el nombre de Unfinished (inacabado, en inglés), porque expone en su parte central siete reportajes fotográficos sobre arquitecturas inacabadas o abandonadas en España. Pero en los laterales del pabellón, se puede ver toda una serie de proyectos propuestos por cincuenta y cinco estudios de arquitectos, también españoles, que ofrecen soluciones por un coste reducido para esos edificios a medio hacer.

"Demostramos que esos edificios se pueden acabar a través de pocas acciones", destaca Carnicero. "Y que es posible una respuesta responsable", añade. En definitiva, en época de vacas flacas, se agudiza el ingenio. Además,12 de las 55 soluciones arquitectónicas propuestas en el pabellón español fueron realizadas por arquitectos jóvenes. En el pabellón también se da terreno a las nuevas generaciones.

"Fue un orgullo que la gente valorara nuestra exposición", comenta Carnicero, que detalla que ministros de Cultura de países como Chile, Bélgica y Francia visitaron el pabellón español en la inauguración de la Bienal y coincidieron a destacar que los problemas planteados por los arquitectos españoles también existen en sus países. Tal vez por eso las soluciones innovadoras que se proponen llamaron tanto la atención.

"El estudio Cuac de arquitectura, de Granada, plantea transformar un espacio en oficina utilizando encofrado de hormigón", cita como ejemplo el arquitecto madrileño. Pero también enumera otros: "Sauquet Arquitectes sugiere cubrir con vidrio espacios infrautilizados para poderlos usar, y Pacman Arquitectos ha proyectado un sistema de estanterías móviles que permiten la reconfiguración de la vivienda", detalla.

Menciones especiales

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, fue el encargado de entregar el León de Oro a la mejor participación nacional a Carnicero y el arquitecto gallego Carlos Quintáns. Asimismo la Bienal concedió dos menciones especiales a la participación nacional a Japón y a Perú. En cuanto a Japón, el jurado destacó "la poesía de la compactibilidad de otras formas de vida colectiva en un espacio urbano denso". Y reconoció a Perú por llevar la arquitectura a un rincón remoto del mundo y contribuir a la preservación de la cultura amazónica.

El León de Oro al mejor participante individual fue para el estudio paraguayo Gabinete de Arquitectura, formado por Solano Benítez, Gloria Cabral y Solanito Benítez. En este caso, el jurado apreció "el aprovechamiento de materiales simples, el ingenio estructural y de obra no calificada para acercar la arquitectura a comunidades marginadas".

Por último, el arquitecto brasileño Paulo Mendes da Rocha recibió el León de Oro por una trayectoria profesional. "Lo más llamativo de su arquitectura es que queda física y estéticamente fuera del tiempo", declaró el jurado.

En esta edición de la Bienal, que se prolongará hasta el 27 de noviembre, participan 65 países. Tiene lugar en los jardines de Venecia con sus históricos pabellones nacionales y el antiguo astillero.