ANIMALES

Protagonista inesperado: el perro que se negó a abandonar el ataúd de su amo, víctima del terremoto

El cocker se tumba, desolado, junto al ataúd de su amo, fallecido en el terremoto.

Es la imagen de la lealtad: un pequeño cocker, tumbado junto a la caja donde yace su dueño, sin querer moverse de su lado

La historia de la perrita Tuna: del abandono a la fama en Instagram

Se llamaba Andrea, tenía 45 años y amaba a su perro por encima de todo. Casi tanto como su perro a él. En unas emotivas imágenes emitidas en el telediario, el cocker, tumbado junto al ataúd de su dueño, se niega a abandonar el lugar.

Una vez comenzado el funeral, el desolado can vuelve a aparecer para dar el último adiós a Andrea. Familiares del fallecido acercan al perro al ataúd, y la reacción del animal no puede ser más amocionante.

Moviendo la cola por volver a encontrarse con su dueño, olisquea la caja, y no quiere apartarse de su lado. Una conmovedora imagen que ha llegado al corazón de todos los presentes.

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Creo que debería adoptarlo alguien de la familia, que el perro conozca y que lo aparten de ese escenario. Conozco casos en los que el perro muere - o bien en el mismo momento- o poco después. Una amiga cuya madre murió en su vivienda, no pensaron en su querida perra -pastor alemán- que estaba en la parcela cuidando la casa como hacía siempre. La perra estaba viva minutos antes de fallecer su madre. Cuando salieron a verla, había fallecido también el noble animal. Los perros se anticipan a los terremotos y también a las muertes. Conozco casos en que han estado ahullando antes de que el dueño falleciera. En otros casos detectan tumores. Mucho antes de que te los detecte cualquier scanner. Y dándote golpecitos sobre la parte del cuerpo donde están, te avisan.

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El amor que los perros tienen por sus amos es extraordinario. La intuición y la telepatía supera con creces a la de nosotros los humanos. Conozco de un perro cuyo amo estaba muriéndose en un hospital de Madrid. Para atender al paciente, su familia tuvo que ingresar al perro en un albergue. A la misma hora y minutos en que su amo murió en el hospital, el perro dolorosamente lloraba y aullaba en el albergue. Cuando el cuidador del albergue contrastó esta situación con la familia y confirmaron la coincidencia en la hora de la muerte de su amo, ambos quedaron asombrados. Tenemos muchas cosas que aprender del mejor amigo del hombre. QUINCE MIL AÑOS LLEVAMOS COLABORANDO FIELMENTE JUNTOS. AL MENOS POR PARTE DEL PERRO.

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Y que luego haya salvajes que justifiquen el maltrato a los animales en nombre de tradiciones bárbaras...

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Los perros tienen ese apego, por supuesto, pero no vayamos a tirar de imaginación y atribuirles facultades extra. Tienen olfato e instinto de supervivencia , pero la noción de la muerte creo que no.

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Este comportamiento se puede comparar con las continuas muestras de alegría que mostró cada día al verlo. Los perros, como los niños, son capaces de darte una alegría sencilla, profunda y espontánea. Lo que sí importa.

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Recuerdo cuando hace 11 años, un tío mío murió de cáncer con apenas 50 años. Tenía un perro raza yorkshire. El día del entierro, y mientras el féretro de mi tío estaba de camino hacia la iglesia, la familia al completo estábamos desolados esperando en el salón de su casa. Todos sentados, unos llorando, otros pensativos, otros con la mirada perdida. Y en una esquina del salón estaba el yorkshire tumbado encima de una de las zapatillas de estar por casa que había utilizado mi tío. No se movía de ahí. Es algo que nunca olvidaré.

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AMOR

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Que tristeza!!